Dra. Sandra Bravo: Estrategias de control para la caligidosis

Abr 17, 2014

Lo cierto es que cualquier acción que se tome no tendrá el éxito esperado de no considerar las variables oceanográficas que imperan en los centros de cultivos.

A continuación, reproducimos una columna de opinión elaborada por la investigadora y académica de la Universidad Austral de Chile (UACh) sede Puerto Montt, Dra. Sandra Bravo, respecto de las estrategias de control para la caligidosis.

“A partir del 2007, el Caligus rogercresseyi se ha convertido en una de las peores pesadillas para la industria del salmón en Chile, fecha en la cual se documentó la perdida de efectividad del benzoato de emamectina, debido a la resistencia desarrollada por este parásito a este único fármaco permitido por la autoridad a esa fecha. Han pasado siete años desde esta situación y hoy se cuenta con cinco productos adicionales para su control. A través de los años, quedó en evidencia que el control del piojo de mar basado solo en el uso de fármacos no es la solución, de hecho, se ha documentado el desarrollo de resistencia para todos los antiparasitarios usados  actualmente en el hemisferio norte, y también la múltiple resistencia, en la cual hay involucrados  hasta tres compuestos, por lo que se han buscado otras estrategias y métodos de control adicionales, algunos de los cuales se encuentran disponibles, y otros están en plena investigación y desarrollo.

Sin embargo, para que estos nuevos desarrollos funcionen efectivamente se requiere de una estrategia sanitaria basada en el conocimiento hasta ahora disponible. El conocimiento de la biología de Caligus rogercresseyi, sus mecanismos de acción y los mecanismos de defensa que  presenta el pez frente a esta parasitación, son esenciales para la implementación de estrategias y regulaciones tendientes a minimizar su acción. Es así que es importante recordar que las hembras son las responsables de la producción de las nuevas generaciones. Una vez que las hembras  alcanzan la etapa adulta, son inmediatamente copuladas por un macho, pudiendo producir hasta  once  generaciones de sacos, con una frecuencia que es dependiente de la temperatura del agua, de cuatro días en verano y seis días en invierno. Por lo tanto, si se desea conocer la real tasa de fecundidad de las hembras, para estudios epidemiológicos y estrategias de manejo, lo correcto es realizar una clasificación de la estructura poblacional en el pez, considerando hembras (hembras  con saco y sin saco), machos y juveniles.

El actual programa sanitario para el control de cáligus en Chile (PSEVC), señala clasificar en hembras con saco, adultos móviles (hembras sin saco y machos) y juveniles, lo que  provoca un sesgo importante al momento de analizar y querer predecir la tasa de fecundidad. En el  hemisferio norte, se requiere la clasificación en base a hembras (con sacos y sin sacos), estadios  móviles y juveniles. Los estadios móviles incluyen a ejemplares preadultos y machos debido a la dificultad de diferenciar entre ambos estados en condiciones de terreno. Caligus rogercresseyi no presenta el estado preadulto en su ciclo de vida. También es relevante considerar la tasa de fecundidad de las hembras para definir la máxima carga de parásitos por pez antes de aplicar un tratamiento. En este caso, no aplica copiar la regulación Noruega. La hembra de Lepeophtheirus salmonis  tiene un tamaño de doce mm y produce hasta 1.000 huevos por saco, a diferencia de la hembra de Caligus rogercresseyi que tiene una longitud promedio de cinco mm y produce en promedio 50 huevos por saco, por lo que la tasa de fecundidad de la hembra de L.salmonis es hasta 20 veces mayor que la de Caligus rogercresseyi y también considerablemente mayor el daño provocado en el pez.

En Chile, la actual regulación establece una carga límite de seis parásitos adultos/pez y en presencia de nueve parásitos adultos/pez la condición de centro de alta diseminación (CAD), y si está situación se registra en tres semanas en un período de seis semanas, la cosecha del 25% de la biomasa del centro de cultivo. Esta última medida llevó a que algunos centros de cultivos no declararan cargas mayores a ocho parásitos adultos/pez, principalmente cuando los peces  presentaban tamaños bajo la talla de cosecha. La subnotificación provocó por un lado que la  información manejada por la autoridad oficial no reflejara la real situación de la caligidosis en Chile, pero por otro lado provocó que se incrementara el número de tratamientos para mantener la carga de cáligus en los niveles exigidos por la regulación.

Lo cierto es que cualquier acción que se tome no tendrá el éxito esperado de no considerar las variables oceanográficas que imperan en los centros de cultivos, siendo de gran importancia la velocidad y dirección de las corrientes, las cuales definen la velocidad de dispersión de los estadios de vida libre (nauplius y copepoditos). Solo con esta información se pueden establecer zonas de manejo coordinado; sincronización y evaluación de la efectividad de los tratamientos aplicados, y establecimiento de zonas de descanso efectivas”.

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