El ingreso de ocho barcos con bandera chilena para la pesca de pelágicos menores (para conserva o harina de pescado) preocupa a la Cámara Nacional de Pesquería de Ecuador. Según el presidente del organismo, Roberto Aguirre, esta importación mermaría los pocos recursos que tiene el país.
Según lo publicado en el diario ecuatoriano El Comercio, el ejecutivo sostuvo que “estos ocho barcos incrementan un 40% de la flota. Son barcos viejos y van a liquidar la poca pesca que existe”.
Aguirre solicitó a la Subsecretaría de Pesca y al Ministerio de Comercio Exterior que revea el permiso de operación. Pues, agregó, existe una disposición que prohíbe la construcción e importación de nuevos barcos.
Las naves fueron traídas hace dos semanas por Centromar, cuya planta está en Chanduy, Guayas. El gerente de la compañía, Daniel Texiera, explicó que los barcos ingresaron bajo contrato de asociación con una empresa chilena. “Tengo ese derecho adquirido tras un Acuerdo Ministerial firmado en el 2001, por Rafael Trujillo, quien era Subsecretario de Pesca. Ahora estoy haciendo uso de ese derecho”.
La empresa, dice, tiene más de 20 años. Exporta productos en conserva y harina de pescado. “Tengo una capacidad instalada muy grande y no tenía barcos. Y como la banca no da créditos es difícil comprar o rehabilitar la flota local”.
Según la Cámara de Pesquería, para ingresar estas naves se debe cancelar una tasa que bordea los US$ 5.000 por barco, y que se debe cancelar en el Instituto Nacional de Pesca. Los funcionarios reconocen que es más barato importar que rehabilitar la flota local.
Pero para Texeira esta aparente preocupación tiene otro tinte: “dos o tres personas tienen temor porque estoy modernizando mi planta. Y estos barcos tienen la mejor tecnología”, concluyó.