El camino de Camanchaca para ser carbono neutral hacia el 2025

Sep 2, 2019

En la situación de emergencia climática en que se encuentra el planeta, el gerente técnico y de sustentabilidad de Salmones Camanchaca habló con AQUA para detallar los pasos que seguirán en su objetivo de ser una empresa referente en la industria del salmón.

El pasado viernes 23 de agosto, y en el marco de su Capital Market Day realizado en Oslo, Noruega, Salmones Camanchaca anunció su compromiso por reducir a cero la emisión neta de gases de efecto invernadero, o GEI, hacia el año 2025, anticipándose en 25 años a lo anunciado por el Gobierno de Chile, y faltando pocos meses para la COP25, que tiene como tema principal los GEI y su impacto en la emergencia climática mundial.

Lea >> COP25: Director del Centro IDEAL enfatiza que los científicos son responsables de otorgar registros que orienten a los tomadores de decisión

Lea también >> Lanzan la PreCOP25

Y para conocer en detalle la hoja de ruta para alcanzar esa meta, AQUA entrevistó al gerente técnico y de sustentabilidad de la compañía, Alfredo Tello.

¿Por qué eligieron esa fecha y cuáles son los lineamientos de esta iniciativa ambiental?

Estamos muy conscientes de que el cambio climático es el desafío más grande que tiene el planeta y la humanidad. Sus causas están reconocidas hace tiempo y dado el estado de las cosas y el llamado de los líderes científicos y políticos a reducir las emisiones, creemos que hoy, básicamente existen dos opciones: seguir siendo parte del problema o hacerse parte de la solución.

La decisión sobre la fecha específica, tiene que ver con que nosotros medimos nuestra huella de carbono corporativa por primera vez en 2017. Ese año también fuimos la primera empresa salmonicultora en el país en registrarnos en Huella Chile, programa del Ministerio del Medio Ambiente que cuantifica, gestiona y busca reducir las emisiones.

En 2018 volvimos a medir nuestra huella, y como parte de ese proceso hicimos un análisis de cuáles son los puntos críticos en donde más GEI generamos. Entonces nos dimos cuenta de que teníamos una posibilidad grande de reducir nuestras emisiones haciendo algunos cambios operacionales y optando a la vez por energías más limpias.

Entonces, 2025 nos da la certeza de que vamos a poder ser carbono neutrales, es decir, es una fecha que responde a un análisis, más que una fecha puntual: vamos a haber reducido una buena parte de nuestras emisiones y compensado el resto.

¿Cuáles son los mayores impactos que tendrá la emergencia climática sobre la salmonicultura?

Antes de responder, quiero aclarar que la idea no nació por cómo el cambio climático puede afectar a la industria, sino con algo que debemos abordar como humanidad en su conjunto y esforzarse en aportar, porque los impactos que puede tener en un futuro cercano son grandes.

Dicho eso, ninguna actividad que dependa del medio natural quedará ajena a potenciales efectos del cambio climático.

En el caso particular de la salmonicultura, y puntualmente en el sur de Chile, con la disminución de precipitaciones, cambios en la temperatura del mar y en factores oceanográficos como la salinidad, entre otros, puede haber efectos en la dinámica de transmisión de enfermedades, floraciones algales nocivas, etcétera; como industria debemos anticipar los cambios, sus potenciales efectos y prepararnos en forma adecuada.

¿Cuáles fueron los resultados de ese primer análisis que hicieron en 2017 y posteriormente en el de 2018?

En 2018 nuestra huella fue un poco mayor porque tuvimos más producción. Son poco más de 30.000 toneladas de CO2 equivalentes, que es una huella que frente a otras industrias es bastante acotada.

Ese número, más allá de cuantificar nuestras emisiones, nos permite hacer el ejercicio de detectar en qué parte de nuestras operaciones se concentran en mayor medida las emisiones, y sobre eso, actuar.

¿Y cuál es la operación más crítica?

El uso del diésel en los generadores de los pontones.

¿Cómo se define el ser carbono neutral?

Nuestro compromiso de ser carbono neutral es sobre la huella de carbono corporativa. Técnicamente esto está definido por un protocolo cuyo estándar es mundial, que es el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (Greenhouse Gas Protocol, GHG), donde se definen los distintos tipos de emisiones que hay. Entonces cuando mides tu huella corporativa, es obligatorio medir las huellas de Alcance 1 y Alcance 2.

Las primeras son las emisiones que dependen o que ocurren en todas las instalaciones y/o activos propios de la empresa (camionetas, generadores, calderas, entre otros).

En el caso de las emisiones de Alcance 2, se refieren a la electricidad que la compañía consume –los contratos con las generadoras, por ejemplo con Colbún, Saesa o Crell–.

Esas son obligatorias. Y luego, están las emisiones de Alcance 3, que son aquellas que no dependen directamente de la compañía, por ejemplo, el transporte de alimento –un tercero que se contrata para que lo haga–.

En resumen, nuestro compromiso de carbono neutral hace referencia a nuestras emisiones de Alcance 1 y 2, además del ítem disposición de residuos del Alcance 3; todas operaciones que están bajo nuestro control y por lo tanto nos hace sentido partir por ahí.

En paralelo, comenzaremos un trabajo con nuestros principales proveedores para cuantificar las principales emisiones de Alcance 3, ver cuáles son las más relevantes y con esa cifra, determinar una meta.

¿Cuáles serán las inversiones para alcanzar esa meta al 2025?

Primero aprovecharemos los patrimonios que ya tenemos, como el predio de Hueñu-Hueñu, de 1.000 hectáreas, que someteremos a un proyecto de gestión forestal para que pueda ser utilizado adecuada y técnicamente para mitigar parte de nuestras emisiones.

Luego, aprovecharemos las ventajas que tiene Chile en términos de disponibilidad de energías limpias. Por ejemplo, el uso de diésel en agua dulce va a pasar en 2023 a ser 100% energías renovables. De hecho, ya se están construyendo proyectos en este sentido que lo permitirán, e incluso disminuir costos –por ejemplo, las minihidros–.

Además, en 2022 renegociaremos nuestro contrato corporativo de electricidad, en donde incluiremos en las bases que sea energía 100% renovable. Si esto tuviera mayores costos de producción, creemos que sería muy marginal.

Ahora bien, en términos de inversión, puede que implique algo en tecnología, pero esto es parte del estudio que haremos para ver cómo disminuimos las emisiones en los centros de cultivo y en los generadores, especialmente donde hay muy pocas alternativas de energía.

¿Cómo trabajarán para cambiar esta mirada de sustentabilidad en todas las áreas de la compañía?

Generar cambios culturales es el gran desafío que tienen todas las empresas. En nuestro caso, tenemos un par de programas que apuntan a eso y que vamos a intensificar.

En ese contexto, hay que dejar en claro que solo capacitando no se logran cambios culturales reales. Generar cambios culturales implica primero un diagnóstico muy profundo de cuál es la brecha cultural que se tiene: dónde estás y hasta dónde quieres llegar, cuánto falta para que esos valores y principios serán el ancla de tu cultura, estén operando en el día a día y en el sentir de las personas.

Se trata de un trabajo permanente que comienza con ejemplos desde quienes toman las decisiones, con declaraciones de principios y también con coaching de todas las personas que trabajan en la organización.

En definitiva, el principal desafío no solo está relacionado con el cambio climático sino que con todos esos valores que adquieren una relevancia mucho mayor en el futuro que viene.

¿Cómo irán certificando los avances?

Se contrata una empresa o lo puede hacer la propia compañía. Para seguir el Greenhouse Protocol, los cálculos que se hacen y toda la información que se utiliza, se someten a una auditoría externa por parte de una firma certificadora internacional.

¿Cuánto representa la compensación de predios como el de Hueñu-Hueñu?

En el caso nuestro, con el bosque que tendremos, lo que estimamos que podremos compensar es entre 10.000 y 14.000 toneladas de CO2 equivalente, lo que representa aproximadamente un 50% de nuestra huella actual. Como nuestra huella irá aumentando hacia el 2025 de la mano de la producción, y el uso de diésel en los pontones es más o menos proporcional, nos quedará un saldo de emisiones que también deberán ser compensadas.

Nosotros vemos esa compensación como algo que no debería ser permanente hacia el futuro, o podría representar un porcentaje, pero el objetivo es que nuestra “carbono neutralidad” atribuible a la compensación, comience a disminuir a partir de 2025 en adelante. En tanto, el porcentaje atribuible a una disminución efectiva de nuestras emisiones debería ir aumentando.

Eso implica hacer un estudio serio y profundo que partirá ahora, porque debemos saber cuáles son las alternativas reales que tenemos para disminuir, por ejemplo, el uso de diésel en los pontones, cuáles son los plazos y alternativas que tenemos para reducir el uso de refrigerantes en las plantas de proceso.

Es fundamental que abordemos esos temas primero, porque representan el principal desafío en la reducción de emisiones.

¿Qué impresión tienen de la electromovilidad?

Por el lado del transporte terrestre, los avances son mucho mayores y ya vemos que es costo-eficiente, no se contamina, y además cada vez habrá más incentivos para que las empresas operen vehículos de energía eléctrica en vez de combustibles fósiles, y la misma tendencia se irá viendo en el mar.

Ahora bien, desde la propia compañía uno puede poner incentivos para que esa oferta aumente.

Dato

Durante 2018, Salmones Camanchaca registró un total de 30.904,74 toneladas de CO2 equivalentes, las cuales se dividen de la siguiente manera: 13.118,05 en centros de cultivo en mar (43%); 8.747,27 en plantas de proceso (28%); 8.624,35 en agua dulce (28%); y 415,07 en oficinas (1%).

Lo último
Te recomendamos

REVISTA DIGITAL

[latest_journal_single_iframe]
Temas relacionados