El clima de la Antártida afectaría al del Atlántico norte

Ene 30, 2014

Este equipo ha descubierto que la variabilidad de la temperatura del agua en el Atlántico norte y tropical correlaciona claramente con cambios de presión al nivel del mar en zonas antárticas, lo que influye en el comportamiento de hielo, detalló el Comité Científico de Investigación Antártica (SCAR), órgano español asesor del Tratado de la Antártida.

(Madrimasd.org) Científicos de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) destacan que la península Antártica (Polo Sur), zona donde está una buena parte de las bases científicas, es la región del planeta que ha sufrido el mayor calentamiento debido al cambio climático de acuerdo con un artículo publicado en la revista Nature. Los investigadores detallan que no está claro por qué, mientras que en el Ártico (Polo Norte) se ha reducido el hielo estival en un 30% desde finales de los años setenta. Zona donde el hielo oceánico se redistribuye, aumenta en unos sitios y disminuye en otro con un saldo ligeramente positivo, es decir, que está creciendo el hielo marino allí.

«Esto parece paradójico en un proceso de calentamiento climático y se ha utilizado a menudo para cuestionar la perspectiva ampliamente aceptada de que el cambio climático actual tiene un origen fundamentalmente antropogénico», comentó el experto del Servicio Antártico Británico (BAS en sus siglas en inglés), John King.

Pero ahora parece que esa paradoja se esclarece con una investigación que desvela una relación causal entre las anomalías de temperatura en el Atlántico norte y tropical y los efectos del calentamiento del continente blanco, tanto en la redistribución del hielo como en el notable aumento de las temperaturas invernales (junio, julio y agosto) en la península Antártica, con un incremento de la temperatura de 5,6 grados centígrados en el último medio siglo.

Se había identificado ya la influencia de los cambios en el Pacífico sobre el clima antártico en el verano austral, junto con el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y el adelgazamiento de la capa de ozono. Pero esa influencia no era suficiente para explicar las alteraciones registradas en invierno, como la redistribución de los hielos, por la que su disminución en el mar de Bellinshausen se compensa con la crecida en el mar de Ross occidental. «Nuestro hallazgo revela una fuerza desconocida y sorprendente del cambio climático que está actuando en el hemisferio Sur; el océano Atlántico», destacó el científico de la Universidad de Nueva York, Xichen Li y sus colegas, quienes han presentado esta investigación en el último número de la revista Nature. «Es más, el estudio confirma que el calentamiento en una región puede tener efectos de largo alcance en otra».

Este equipo ha descubierto que la variabilidad de la temperatura del agua en el Atlántico norte y tropical correlaciona claramente con cambios de presión al nivel del mar en zonas antárticas, lo que influye en el comportamiento de hielo, detalló el Comité Científico de Investigación Antártica (SCAR), órgano español asesor del Tratado de la Antártida.

Pero Xichen Li y sus colegas no se han parado en esa correlación, sino que han comprobado el efecto con modelos climáticos en ordenador verificando que generan los cambios observados en el continente blanco desencadenados por la variabilidad en el Atlántico, y no a la inversa.

«Con este estudio hemos visto cómo se redistribuye el hielo Antártico y, además, hemos descubierto que los mecanismos que lo controlan son completamente diferentes de los del Ártico», afirmó David M. Holland, uno de los investigadores del equipo.

Las anomalías de los hielos se deben a las variaciones de los vientos asociadas con los cambios en los patrones de presión atmosférica alrededor de la Antártida, detalla King en su comentario acerca del trabajo de los investigadores de la Universidad de Nueva York. Y esos cambios están conectados con las anomalías de temperatura en el Pacífico tropical, donde se originan fenómenos atmosféricos que se propagan hasta las altas altitudes australes. Así se puede explicar la variabilidad interanual del hielo marino antártico en el verano austral.

A largo plazo y durante la estación invernal, los efectos del Pacífico no son aparentes, pero sí que se manifiestan los del Atlántico, que influyen en los vientos anómalos meridionales y de ahí su efecto en el continente blanco. “El calor en el Atlántico tropical genera cadenas de ondas atmosféricas que se propagan por el globo en dos semanas y terminan por provocar las bajas presiones sobre el Mar de Amundsen”, dijo Xichen Li y sus colegas en su artículo en Nature.

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