El Mercurio destaca la importancia de un acuerdo pesquero para Chile

Sep 27, 2005

Bajo el patrocinio de Australia, Nueva Zelandia y Chile, está siendo preparada la negociación de un gran acuerdo regional pesquero para la alta mar del océano Pacífico sur. Este ambicioso proyecto se corresponde con otras realidades transpacíficas –como el APEC o el reciente TLC con Nueva Zelandia, Brunei y Singapur– lo que generará importancia para […]

Bajo el patrocinio de Australia, Nueva Zelandia y Chile, está siendo preparada la negociación de un gran acuerdo regional pesquero para la alta mar del océano Pacífico sur. Este ambicioso proyecto se corresponde con otras realidades transpacíficas –como el APEC o el reciente TLC con Nueva Zelandia, Brunei y Singapur– lo que generará importancia para la pesca mundial.

Tras la universalización de las zonas económicas exclusivas de 200 millas (ZEE), que Chile fue el primero en declarar, los grandes problemas de la pesca mundial se han desplazado hacia la alta mar. Esto, en el caso de especies que entran y salen de las 200 millas, denominadas transzonales, tales como el principal recurso pesquero chileno, el jurel, y de aquellas otras que se desplazan por prácticamente todo el océano, altamente migratorias, como el pez espada.

De acuerdo con la editorial que publica hoy martes 27 de septiembre, El Mercurio, la reglamentación de la pesca en alta mar ha pasado a ser, prioritaria, lo que es especialmente urgente para países, que tengan un buen régimen de conservación en sus 200 millas, pero una pesca creciente e incontrolada en el área adyacente. La forma, el mecanismo para reglamentar ese espacio marítimo son las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP), conforme al derecho internacional del mar en vigor.

La conformación de una ORP, en el océano Pacífico austral resulta necesaria y urgente. En el lado occidental de la cuenca sólo hay un convenio parcial, en tanto que en el Pacífico sudeste –paralizado el Acuerdo de Galápagos, especialmente por la vinculación peruana a su aspiración a cambiar el límite marítimo– existe un gran vacío. A esas necesidades apunta esta iniciativa tripartita, destinada a canalizarse en un proceso negociador que tendrá su primera etapa en una reunión en Wellington, en febrero del año 2006, para la cual se expedirán próximamente las invitaciones a los estados costeros de ambas riberas y a los pesqueros con un interés real en determinadas especies.

Significación especial tendrán en el acuerdo las especies transzonales y, por tanto, el jurel, objeto en Chile de la mitad de la pesca tradicional y principal insumo para el salmón.

Importa, por tanto, que la necesidad de un régimen especial para esas especies, que tenga en cuenta su naturaleza y características, sea realzada en las bases de convocatoria y negociación. Este acuerdo deberá, considerar que las normas de conservación y uso sostenible para la alta mar sean compatibles con las vigentes bajo jurisdicción nacional y no menoscaben su eficacia.

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