Aunque no pone en jaque a la industria de harina de pescado local, la decisión de la Unión Europea de hacer permanentes las restricciones a la importación de esta materia prima a Europa, según Eduardo Goycoolea, co presidente de la Organización Internacional de la Harina y Aceite de Pescado, IFFO en su sigla en inglés, podría generar un efecto dominó que es muy importante frenar a tiempo.
“Aunque Perú es el más afectado, y no Chile, el problema es que al cerrar un mercado se presiona para que la competencia vaya a otros polos donde nuestro país es más fuerte, como el asiático”, explicó Goycoolea, también gerente comercial de Pesquera El Golfo.
Según informa hoy El Diario, el ejecutivo aseguró que existe el riesgo de que otras naciones que importan el producto crean que existe el peligro real del mal de las vacas locas, cuando “está científicamente comprobado que el problema fitosanitario no existe. Es necesario que las autoridades se involucren más en el tema ya que se está vulnerando el comercio entre los países”.
El principal argumento que usó la UE en este caso es que, mientras no se pueda distinguir el origen de la harina para la alimentación de rumiantes, es mejor que no se utilice, para así evitar la posible mezcla con harina de carne y huesos, que pudiera estar infectada con el mal de las vacas local.
Pero, según Goycoolea, el problema es que el análisis es demasiado caro, por lo que sería una cuestión de costos y no de factibilidad técnica.
A partir del pasado 1 de julio, la Asociación de Productores de Harina de Pescado, IFOMA, y la Organización de Exportadores de Harina de Pescado, FEO, establecidas en el Reino Unido y Francia respectivamente, acordaron fusionar sus actividades y operaciones. La nueva organización, denominada IFFO, tendrá sus oficinas en el Reino Unido.