(El Mercurio) Un inédito proceso para el sector pesquero local puso en marcha el gobierno, que podría sumar nuevos actores al rubro extractivo o mejorar la posición de operadores de menor tamaño.
La Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) partió con las primeras licitaciones de licencias transables de pesca Clase B -que se obtienen por subasta a 20 años plazo, renovables- que se realizan bajo la ley de pesca que rige desde febrero de 2013.
Este proceso se activa, según la normativa, en caso de que una pesquería sujeta a régimen de plena explotación y administrada con cuota global de captura se encuentre en un nivel igual o superior al 90% de su rendimiento máximo sostenible. En esta ocasión se subastará el 15% de la fracción industrial.
«Lo relevante de la implementación de este instrumento es que por primera vez en pesquerías en plena explotación, condición deseable desde el punto de vista del manejo pesquero, se dispone de una herramienta de acceso vía subasta, lo que da oportunidades a nuevos operadores de participar de la actividad extractiva, o mejorar la posición de actores hoy con cuotas menores», comentó el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Raúl Súnico.
La autoridad explicó que de acuerdo con las definiciones de los Comités Científico-Técnicos, las pesquerías y volúmenes a licitar son: sardina común entre las regiones de Valparaíso y de Los Lagos, con 9.179 toneladas; camarón nailon entre las regiones de Antofagasta y la del Biobío, con 661 toneladas; langostino colorado entre las regiones de Arica y Parinacota y la de Coquimbo, con 14 toneladas; y langostino amarillo con 237 toneladas entre las regiones de Atacama y de Coquimbo.
La ley establece que ningún participante podrá adjudicarse más del 40% del total de la cuota a subastar. De todos modos, la licencia transable de pesca no garantiza a los titulares la existencia de recursos hidrobiológicos, sino que solo les permite realizar actividades extractivas de la pesquería en determinada área geográfica, explicaron en la Subpesca.
«Por los volúmenes, cobertura geográfica y heterogeneidad de actores, estimamos que la subasta de sardina común es la que más expectativas debiera generar para nuevos actores u operadores menores», pronosticó Raúl Súnico.
Precios y fechas
Respecto de los precios mínimos esperados en estas licitaciones, Súnico explicó que los valores surgen de la disposición a pagar de los oferentes, lo que dependerá del modelo de negocio específico de cada uno de ellos.
Una de las exigencias para los postores es que deben dejar garantías de al menos el 1% del precio mínimo ofertado. El proceso busca desincentivar participaciones especulativas y pretende que no se creen barreras a la entrada que atenten contra la participación de operadores más pequeños.
Las bases de la licitación se publicarán el próximo 22 de noviembre para, luego, efectuarse la subasta el 14 de diciembre.
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