Transformarse en la gran puerta de acceso para América del Sur de todo el comercio hacia y desde el Asia Pacífico es el objetivo que definió el Gobierno, a través del Ministerio de Transportes, al lanzar una nueva política para los puertos del país, denominada «Chile Portuario 2020».
Según lo publicado por El Mercurio, el ministro de la cartera, Sergio Espejo, explica que aunque todo el sistema portuario dio un salto cualitativo con la ley que a partir de 1998 rige en el sector, que redujo los costos y aumentó fuertemente las transferencias de carga, los cambios en la economía global obligan a que Chile planifique su estrategia portuaria con miras a 2020, y no niega que en este nuevo plan hay un reconocimiento de que «es parte de un proceso de competencia entre países», ya que países como Perú están mejorando sus instalaciones portuarias.
El gran cambio que contempla esta nueva política portuaria se refiere a la necesidad imperiosa de evaluar y calendarizar la concesión de aquellos puertos públicos aún no concesionados, como Talcahuano, Puerto Montt, Chacabuco, Austral (Pta. Arenas).
Todo este proceso depende del Sistema de Empresas Públicas (SEP) y Espejo señala: «quisiera que las decisiones estén tomadas no más allá del primer semestre de 2007».
Coquimbo es un caso especial y clave en todo este proceso. Según el memorando de 4 páginas que Espejo presentó ante el Consejo Consultivo Marítimo Portuario -entidad pública privada donde participan operadores como Von Appen, Claro y Urenda, organismos públicos, empresas navieras, entre otros-, proyecciones basadas en un crecimiento de un 8% de los volúmenes anuales de carga hacen prever que durante el año 2009 la capacidad potencial de los puertos de Valparaíso y San Antonio, en conjunto, podría presentar una situación de congestión en relación con su capacidad instalada de transferencia de carga.
Por esa razón, Coquimbo es una alternativa que, según Espejo, debe ser considerada para una concesión, tomando en cuenta la posible falta de capacidad de los mayores terminales del país.
El objetivo de Espejo es que en Chile existan «plataformas portuarias». Esto quiere decir que más allá de la fuerte competencia que existe entre los mismos puertos chilenos, los terminales deben ser capaces de desarrollar acciones complementarias entre ellos. «En los próximos años, en el mundo habrá cerca de 20 plataformas portuarias. Chile debe convertirse en la más importante de esta zona del Pacífico Sur. Eso nos hará más competitivos que nuestros países vecinos», plantea el ministro de Transporte. San Antonio y Valparaíso por sí solos son puertos pequeños a nivel mundial, pero en conjunto pueden constituir una plataforma de tamaño relevante. Lo mismo puede pasar con Arica, Iquique, Tocopilla, Mejillones y Antofagasta, en la zona norte; o San Vicente, Talcahuano, Lirquén, Penco y Coronel, en la VIII Región.
Congestión
Proyecciones de 8% de aumento en volúmenes de carga podrían significar congestión en Valparaíso y San Antonio en 2009.
Otros puntos clave
«Veo una burocratización en los puertos que es algo excesiva». Ese es otro diagnóstico que hace el ministro de Transporte, Sergio Espejo. Pese a los avances registrados a la fecha, particularmente por la acción del Servicio Nacional de Aduanas, aún no es posible contar con una ventanilla única para los 18 servicios públicos que participan del proceso de transferencia de mercaderías. «Esta situación puede convertirse en un importante cuello de botella», dice Espejo.
Adicionalmente, según el Memorando del nuevo plan, las empresas portuarias deben ser activas en colaborar y participar en las definiciones que las ciudades tomen respecto a la planificación y desarrollo de su territorio, de modo de incorporar a su entorno la vida ciudadana, cuidando del medio ambiente y la seguridad.