Guerra declarada en la pesca

Dic 27, 2006

Por décadas las localidades de Ancud, en Chiloé, y Carelmapu, en el continente, han mantenido una relación digna de destacar entre los pescadores artesanales y buzos mariscadores, quienes junto a sus familias cada 2 de febrero se unen en peregrinación hacia la comuna maullina, para venerar a la Virgen de la Candelaria. Sin embargo, esa […]

Por décadas las localidades de Ancud, en Chiloé, y Carelmapu, en el continente, han mantenido una relación digna de destacar entre los pescadores artesanales y buzos mariscadores, quienes junto a sus familias cada 2 de febrero se unen en peregrinación hacia la comuna maullina, para venerar a la Virgen de la Candelaria.

Sin embargo, esa suerte de «hermandad» se rompió abruptamente. La razón, el apetecido recurso loco, el que en los últimos ocho meses se ha convertido en el molusco de la discordia entre los pescadores de ambos lares.

Esto se debe a que grupos de chilotes se han entrometido a las áreas de manejo estipuladas para los pescadores al noreste de la bahía de Ancud y que pertenecen a Carelmapu, a casi dos horas de navegación del muelle de la ciudad del río Pudeto. Allí, en esas aguas se extrae locos.

En dicha zona de la provincia de Llanquihue y la comuna de Maullín, existen tres áreas de manejo habilitadas para que los hombres de mar de la localidad religiosa, extraigan el Concholepas concholepas, la isla Doña Sebastiana, Farellones y Punta Chocoy.

Explicación
Según lo informado por La Estrella de Chiloé, la batalla entre ambos sectores está desatada, pues la insistencia de los chilotes -que estarían plenamente identificados por sus pares-, ha movilizado a los más de 700 hombres de mar de Carelmapu, los que agrupados en cinco sindicatos, defienden su mar, produciéndose serios incidentes, llegando incluso a los extremos de enfrentarse a balazos.

Según Custodio Serón, presidente de uno de los sindicatos de pescadores del continente, «la situación es súper complicada; existe una mala reacción de quien corresponda determinar una sanción».

«Creemos que en Ancud existe otro problema de fondo, donde la distribución de áreas de manejo fue muy mala, y aquí hay responsabilidad dirigencial y de la autoridad», manifestó el dirigente.

A su vez, explicó el capitán de puerto de Maullín, Sebastián Herrera, «los hombres de mar de Carelmapu hacen denuncias porque en la vigilancia de su área de manejo, han encontrado a gente de Ancud tratando de meterse y trabajar».

Sin embargo, los artesanales maullinos, que en reiteradas ocasiones han tomado la justicia por sus propias manos, sostienen la tesis de una supuesta organización que estaría operando en Ancud.

«Aquí hay una red bien organizada que está intentando hacer fracasar un sistema», sentenció el vocero del continente.

Mientras tanto en Ancud, Héctor Cárcamo, presidente del sindicato de pescadores del muelle de Ancud, organismo del que se expulsó a un socio por participar en esas «diligencias», indicó que «esta situación nos afecta, pues no se puede sindicar a toda la gente de acá. Lo que falta es acercamiento, nosotros pronto trabajaremos en conjunto con Calbuco un área de manejo para extraer (la almeja) juliana».

Coordinación
Por su parte, las reparticiones del Ministerio Público de ambas localidades, al igual que las Capitanías de Puerto, han desarrollado una coordinación para hacer frente a este problema y encontrar culpables.

Recientemente, los dos fiscales, más los capitanes de puerto de Ancud y Maullín, se reunieron en ésta última comuna para tratar el tema.

«Acá hay ilícitos que continúan siendo investigados, por ambas fiscalías y la policía marítima», sostuvo el jurista de la fiscalía ancuditana, Javier Calisto.

«Podemos utilizar una serie de mecanismos legales, pero si los pescadores no cooperan desde el punto de vista investigativo, no es mucho lo que se puede hacer», agregó el fiscal.

A su vez, Oscar Valenzuela, gobernador de Llanquihue, propuso que «tenemos que afianzar el trabajo de la Armada, del Ministerio Público, para poder llegar a un entendimiento con los sindicatos».

Cronología de la lucha
Verdaderos combates vienen sucediendo desde abril de este año, hechos que han sido conocidos tanto por el Ministerio Público como por la autoridad marítima tanto de la Isla como del otro lado del canal de Chacao.

«Realizamos un patrullaje aleatorio con la unidad naval a flote por el sector de Carelmapu y Farellones y una constante presencia del personal de la Alcaldía de Mar de Carelmapu en el muelle pesquero», especificó el capitán de puerto de Maullín.

Entre los hechos más relevantes de esta guerra pesquera este 2006 están:
5 de abril: pescadores de Ancud se adentran a las áreas de manejo de sus símiles de Carelmapu, produciéndose por primera vez serios incidentes.

Julio 2006: luego de unos meses de «calma», reflota nuevamente el conflicto entre los artesanales, cuando los chilotes ingresan a las áreas de manejo de la isla Sebastiana.

24 de octubre: dos pescadores ancuditanos ingresaron al Hospital de Ancud con varios impactos de proyectiles en el cuerpo, los cuales fueron propinados a manos de sus pares del continente.

2 de noviembre: una embarcación de trabajadores del mar de Ancud es incendiada a manos de un centenar de pescadores de la localidad religiosa, instantes después de que el bote de los chilotes había volcado en las cercanías de la Sebastiana, trabajando en la extracción de jaiba en una puntilla supuestamente libre.

28 de noviembre: dos pescadores de Ancud que se habían introducido al área de manejo de Carelmapu (Farellones), resultaron heridos leves por perdigones, ante la furia de los hombres de la otra caleta.

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