La preocupación respecto de la inminente crisis mundial de recursos pesqueros ha sido puesta nuevamente sobre el tapete.
Recientemente, el Banco Mundial ha iniciado el desarrollo de un nuevo programa denominado Profish, con el fin de propocionar estrategias y políticas pesqueras eficaces para una producción sostenida, que permita aliviar la pobreza de los países en desarrollo, principales afectados por la sobreexplotación.
El informe de La Organización de las Naciones Unidas para la Pesca y la Alimentación (FAO), “El estado mundial de la pesca y acuicultura 2004”, también confirma que –pese a diferencias locales –se ha alcanzado el potencial mundial de la pesca de captura marina y se necesitan planes más rigurosos para reponer las poblaciones agotadas y evitar el descenso de las que se están explotando al límite máximo de sus posibilidades o cerca de él.
Por ello, no sólo se hace imperioso el control máximo en el litoral marino peruano, sino el crear las condiciones para una inversión sostenible, que permita el crecimiento paralelo de todas las pesquerías posibles (a diferencia de hoy en que prácticamente el 90% de capturas son de anchoveta (Engraulis ringens), utilizada para la elaboración de harina de pescado), con la participación de una flota versátil y moderna que permitan atender la voracidad de la demanda del mercado externo.
De acuerdo con la información publicada el sábado 3 por www.catpes.com, ello no sólo permitirá la mayor diversificación de productos sino integrar sustancialmente al sector en la política de lucha contra la pobreza y logro de la seguridad alimentaria.