La Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar), como Autoridad Marítima Nacional, hoy cumple más de un siglo y medio sirviendo al país, controlando y fiscalizando uno de los recursos más importantes que posee Chile: el mar.
Pese a los cambios y las necesidades que demanda el escenario internacional en el ámbito marítimo, tras el atentado a las Torres Gemelas, la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar), a través de su director general, vicealmirante Francisco Martínez Villarroel, ha enfrentado con éxito los nuevos desafíos. Desde ese momento, el quehacer marítimo portuario se enfocó, tanto en el trabajo nacional como internacional, en conceptos como integración, cooperación y seguridad.
Según lo publicado hoy en El Mercurio, en este contexto, la Armada de Chile desarrolló la denominada estrategia marítima de los tres vectores: defensa, marítimo e internacional. Todos relacionados de alguna manera con el control del mar, para contrarrestar las diferentes amenazas. El vector marítimo está constituido por la vigilancia y control del amplio territorio marítimo nacional, además de las áreas de responsabilidad asignadas por los diversos convenios internacionales. Cumple funciones específicas en relación con la actividad marítima, la que alcanza una extensión de 26.643.900 kilómetros cuadrados.
En ese espacio la Armada, mediante la Autoridad Marítima, debe estar presente en forma permanente e integral, para hacer cumplir las leyes de la República; velar por la protección de la vida humana en el mar; realizar tareas de búsqueda y rescate; ejercer el control naval del tráfico marítimo; proteger los recursos vivos renovables y salvaguardar el medio ambiente marino.