Dos barcos cefalopoderos gallegos que todavía estaban retenidos en Mauritania, “Manuel Nores y Villa de Marín”, zarparon del puerto de Nuadibú (Mauritania), después de que la casa armadora de ambas embarcaciones abonara la cantidad exigida por las autoridades del país africano en concepto de multa por, como sostiene el Gobierno mauritano, haber pescado en aguas prohibidas, dentro de la franja de seis millas de la costa.
El propietario de los buques, Manuel Nores, confirmó que había concluido las gestiones para entregar los cerca de 85.000 euros que le obligaron a pagar por la liberación de los dos buques. Dijo “que la empresa haya satisfecho el importe de la sanción impuesta no quiere decir que acepte los cargos que la Administración de Nuakchot le imputa”.
“Según la documentación que maneja Madrid, quedó demostrado que fue un apresamiento ilegal, ya que ninguno de los dos barcos estaba pescando dentro de las seis millas de costa”, explica el presidente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Cefalopoderos (Anacef),Francisco Freire.
Fuentes del Ministerio de Pesca explicaron que se están realizando gestiones, tanto con la Unión Europea (UE) como con el Gobierno de Mauritania, para que los armadores recuperen el dinero, pues, al menos en el caso de los cuatro barcos gallegos, habrían datos que no se hallaban faenando dentro del área de seis millas prohibidas. Las mismas fuentes sostienen que Bruselas comparte la opinión de España que se ha tratado de un apresamiento injustificado.
Según la información publicada ayer martes 6 de septiembre en www.lavozdegalicia.es, el ministro de Pesca mauritano, Mohamed Ould, ha revelado que una de sus prioridades es reformar el sector pesquero y eso requiere poner punto final a “políticas improvisadas” que han conducido a la precaria situación en la que se encuentran los caladeros, al tiempo que anunció que velará “por la aplicación estricta de las leyes pesqueras para poner fin a la anarquía que reina en el sector”.