(Estrategia) Evaluando un importante crecimiento en Chile se encuentra el grupo japonés Nippon Suisan Kaisha, más conocido como Nissui y que en el país opera a través de su filial acuícola Antártica. Es que el objetivo de la empresa es ambicioso: aumentar su producción salmonicultora a nivel nacional desde las 30.000 toneladas métricas actuales a 50.000 toneladas métricas en el año 2018.
Según dijo a Bloomberg Akiyo Matono, director ejecutivo del conglomerado nipón, lo anterior incluiría la adquisición de salmonicultoras en Chile, aunque se negó a dar detalles acerca de posibles candidatos a ser comprados por el grupo.
Todo esto es parte del plan maestro del grupo Nissui, que tiene en la mira expandir en más de 60% su producción salmonicultora total al 2018 para satisfacer la creciente demanda en el mundo de este alimento, sobre todo en China y Brasil.
Matono afirmó que la demanda de salmón aumenta constantemente gracias a que las economías emergentes mejoran sus ingresos y por tanto, adoptan nuevas dietas. «Estamos viendo que la gente en China, Singapur y otros lugares del sudeste asiático han empezado a comer salmón», subrayó.
El director ejecutivo de Nissui agregó que «a medida que la demanda en los mercados tradicionales de Europa, Japón y América del Norte sigue creciendo, la población de peces silvestres del mundo se lleva al límite de su capacidad. La única manera de satisfacer la demanda es a través de la acuicultura, donde está el cultivo de salmón».
Críticas a la alta concentración
Hace un tiempo, el grupo japonés Nissui criticó en Estrategia la alta concentración que existe en la industria salmonicultora chilena. Augusto Gallardo, vicepresidente de Ventas y Marketing, argumentó que hay compañías del sector –de todo tamaño- que cuentan con muchas concesiones y lo hacen por un tema estratégico, «aunque también podría ser por negocio».
«En Salmones Antártica no tenemos tantas concesiones, a pesar de ser una empresa grande, siendo esta una importante limitante», apuntó el ejecutivo. Acusó que el reglamento de caducidad por no uso de centros de cultivo por un periodo de dos años no se ha visto activado en el país, ya que «si usted declara que no se han utilizado las distintas operaciones por un tema de resguardo sanitario, tiene cómo obviar esta exigencia de la autoridad», concluyó Gallardo.