(Diario de Aysén) El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Pablo Galilea, sostuvo en que la salmonicultura debe potenciar la competitividad del sector optimizando su eficiencia productiva y no en la relajación de las normas sanitarias, al referirse al alza de hasta un 37% en los costos operacionales que representantes del sector reconocen como amenazas para la rentabilidad y crecimiento de la industria por las mayores exigencias sanitarias.
Según la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), las medidas de control buscan extremar las medidas de seguridad para evitar el escenario de vulnerabilidad que mostró el gremio entre el 2007 y 2010, cuando la propagación del virus ISA provocó el desplome del sector con pérdidas de unos US$5.000 millones y el recorte de unos 15.000 puestos de trabajo. SalmonChile, gremio que representa a las empresas del rubro, ha sostenido que la industria genera 34.205 empleos directos y 44.466 empleos indirectos a lo largo del país. En la Región de Aysén, en tanto, el sector emplea a 5.500 trabajadores.
“El cambio normativo realizado en estos cuatro años junto a la industria permite tener tranquilidad, desde el punto sanitario y ambiental, de que no van a ocurrir crisis profundas cono las que se tuvieron en el 2007 con el ISA. Nosotros visualizamos que al menos en los próximos años 2014 y 2015, deberían establecerse los volúmenes de producción en torno a las 700.000 toneladas. De éstas poco más de 350.000 se producen en Aysén”, dijo Pablo Galilea.
“En los aumentos de costos, ocurridos principalmente este último año, inciden una disminución de los índices de productividad originados en un aumento de la mortandad; la disminución del peso de cosecha y a que se está cosechando en un período de meses mayor al óptimo. Todas situaciones que hacen incrementar los costos y en los que la industria debe tratar de optimizar sus procedimientos”, agregó.
Entre las mayores exigencias sanitarias impuestas por las autoridades de pesca y acuicultura se encuentra el nuevo reglamento de densidades publicado este mes, y que estipula un eventual disminución en el número de peces del proceso de siembra tras evaluar el correcto desempeño sanitario de las concesiones en el período de cultivo anterior. La resolución fija un rango entre 17kg/m³ para salmón Atlántico y 12kg/m³ para trucha arcoíris y salmón coho. La medida busca disminuir el hacinamiento en las jaulas que se considera propicio para el brote de enfermedades por el mayor estrés al que se somete a los peces. La industria, según medios de prensa, ha llegado a operar con 30 kg/m3.
A esto se agrega, según representantes de la industria, una estricta norma sanitaria que incrementa hasta seis veces los costos necesarios para producir un kilo de salmón en Chile en relación a Noruega, principal productor mundial.
Galilea defiende el reglamento vigente y sostiene que su progresivo perfeccionamiento ha permitido recuperar la industria: “Obviamente que (estas medidas) restan competitividad, pero tú no puedes relajar la norma sanitaria con el objeto de hacerlas más competitivas, porque en definitiva si el Estado relaja la fiscalización y la normativa en temas como remedio, vacunas, control del cáligus, simplemente podemos volver a caer en la peor de las crisis que la industria ha enfrentado, como fue la del ISA”.
“La competitividad no se puede buscar por la vía de la relajación de las normas, sino que la competitividad debe buscarla la industria por la mayor eficiencia en su producción. Entre lo que se cuenta, no entusiasmarse por volúmenes de producción mayores a lo aconsejable en biomasa, de peces en el agua, porque eso es lo que en definitiva hace aumentar los costos sanitarios”, añadió el Subsecretario de Pesca y Acuicultura.
Sernapesca ha definido la Septicemia Rickettsial Salmonídea (SRS) como el principal problema sanitario que enfrenta la salmonicultura marina y la mayor causal de mortalidad de origen infeccioso. A esto se suma la alta frecuencia de los procedimientos que enfrenta la industria para combatir el cáligus, denominado piojo de mar, y que ha incrementado hasta en US$1 los costos para producir un kilo de salmón, según afirmó el CEO mundial de la noruega Marine Harvest, Alf-Helge Aarskog, en una entrevista publicada el sábado en el diario La Tercera.
En la actualidad, de acuerdo a registros de la Subpesca, existen 539 concesiones en la Región de Los Lagos, 635 en la Región de Aysén y 57 en la Región de Magallanes. Para el primer semestre de este año, se espera llegar a 100 nuevas concesiones en Magallanes y otras 200 en el 2015. Esta última se sitúa como la única región con opciones de crecimiento, pues en Los Lagos y Aysén se encuentran cerradas hasta abril del 2015.
Aysén con participación clave en salmonicultura
La relevancia de este sector productivo se reflejó en el último Informe de Actividad Económica Regional (Inacer) publicado hace unos días, y el que en el trimestre octubre-diciembre 2013 ubicó a la región en el segundo lugar del estudio con un crecimiento de 8,1% interanual tras la Región de Magallanes, que encabeza el registro con 15,3% de expansión.
“Como aisenino y subsecretario me siento completamente satisfecho del trabajo realizado en estos cuatro años. Si uno revisa las cifras de crecimiento medidas en el Inacer, la región que más creció en cuatro años en la administración del presidente Piñera, con un promedio de un 11%, fue Aysén. El cimiento de este crecimiento ha estado en la acuicultura, una fuente de empleo permanente en la región”, agregó Pablo Galilea.
Según cifras de Subpesca, en el sector pesca y acuicultura –el 90% de cuya producción corresponde a la industria del salmón– Chile exportó US$4.700 millones en 2013. De esta cifra US$3.500 correspondieron a envíos al exterior del sector salmonicultura, en una cifra que la Región de Aysén posee una incidencia clave al concentrar el 50% de la biomasa total, y un 60% de salmón Atlántico, considerada la principal especie.