Un receso, desde ayer, 15 de agosto, hasta el 20 de septiembre, comenzó para la actividad de los pescadores y manipuladores de merluza común (Merluccius gayi gayi), entre la V y X Regiones, salvo los titulares de lanchas de 12 m de eslora hacia abajo que operen con enmalle y espinel. La excepción surgió de un acuerdo para disminuir el impacto en ese sector artesanal.
La autoridad decretó veda de reclutamiento, es decir prohibición de captura para proteger el desove, o sea la reproducción.
En la VIII Región son aproximadamente 2.000 a 2.500 mujeres las que trabajan en plantas industriales procesadoras de merluza, que se destina íntegra a productos de consumo humano directo, pero no se verán afectadas, según su presidenta, Teresa Lizama, porque las empresas programan vacaciones y labores de mantención.
En el sector artesanal, a pesar que la larga crisis por escasez de ejemplares lleva años afectándole, la veda no representa mayor problema en esta zona, porque en lo que va del año prácticamente no han pescado, aseguró el dirigente René Chaparro. La cuota anual global es de 75 mil t de las que el 35 % corresponde a los artesanales, pero al alcance de sus lanchas y artes no hay «pescadas», dicen en la zona.
Antes de que la crisis se agudizara, allá por el 2001, la flota artesanal operativa vinculada a la merluza generó empleo directo para 2.666 personas. Ahora funciona una «mesa de crisis», que en el fondo decide medidas asistenciales especialmente para caletas mono productoras como Cocholgüe o sindicatos muy afectados, como el merlucero de Lo Rojas.
Según lo publicado hoy en el diario El Sur, para Teresa Lizana la veda es positiva porque «los últimos antecedentes que conocimos dicen que hay un leve mejoramiento del recurso en el sentido que, si bien sigue de tamaño pequeño, los ejemplares están llenos de huevos y eso asegura descendencia si la protegemos de la pesca mientras se reproduce».
René Chaparro, por el contrario, asegura que la medida de decretar veda no está suficientemente fundamentada en argumentos científicos y expresa que los pescadores artesanales quisieran medidas más restrictivas porque creen que el recurso está en serio riesgo de colapso.
Podrán pescar a pesar de la veda
Las presiones de pescadores de la V Región y de Cocholgüe, en esta zona, que protestaron porque la veda llegaba precisamente cuando algo de peces había en el mar y podría ayudarles a paliar la crisis, tuvieron efecto.
Ayer se supo que el Gobierno autorizó a los armadores de lanchas de menos de 12 m de eslora, con artes selectivas como espinel y enmalle, a pescar a pesar de que hay veda. El impacto de éstos sobre la biomasa es mínimo, pero las dos, tres o cuatro docenas de pescados con que pueden llegar a casa ayudan enormemente al presupuesto familiar, según han sostenido los beneficiarios. Hasta ahora, los merluceros de la zona han obtenido menos del 1 % de su cuota.