El gerente general de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios Pesqueros A.G. (Pymepes), Alfredo Irarrázaval, envió a AQUA una columna que a continuación reproducimos.
«Es preocupante la inconsistencia que se está aplicando a los criterios que definirán a los integrantes del comité de manejo de la jibia. Preocupación que se surge de la falta de consecuencia entre el discurso y la realidad pues el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, en declaraciones recientes, dijo que “la concentración y la falta de competencia dañan la eficiencia de las empresas, desincentivan la innovación y perjudican el emprendimiento”. Un principio que parece no considerarse para las pymes pesqueras que subsisten en un mercado de pocos y con reglas del juego hechas para esos pocos.
Los comités de manejo son organismos consultivos y asesores de la autoridad pesquera, integrados por los principales representantes sectoriales de cada pesquería, así también, funcionarios de la propia autoridad. Los representantes sectoriales son la pesca artesanal, pesca industrial y representantes de los titulares de plantas de proceso. Su rol es determinante en la elaboración de los planes de manejo que definirán, entre otras cosas, los artes de pesca a utilizar o prohibir la explotación de los recursos pesqueros.
Es así como en los comités de manejo estipulados por la Ley de Pesca, las pymes no hemos logrado representación debido a que las bases han sido especialmente diseñadas para nuestra marginación. Hace unos días se nos informó los criterios para constituir el comité de manejo de la jibia, recurso procesado históricamente por empresas de menor tamaño y artesanales.
Curiosamente estos variaron en favor y en desmedro de los incumbentes, pues en el caso de la pesca artesanal los cupos serán asignados bajo el criterio “un pescador un voto”, donde el voto del pescador que captura 2 toneladas por faena en un bote de madera vale lo mismo del que captura 50 toneladas en una embarcación de acero de 18 metros de eslora.
Este mismo principio democrático fue la propuesta que como sector de empresas de menor tamaño propusimos a la autoridad para escoger al representante de las plantas de proceso, sin embargo, en un acto de total esquizofrenia se nos indicó que no vale lo mismo una empresa pequeña que procesa una tonelada diaria frente a la gran empresa que procesa 100 o 200 toneladas di arias.
Bajo ese argumento la autoridad ha decidido que el cupo se garantiza para quienes cuenten y acrediten más capacidad de toneladas en sus procesos. No es menor el dato de que la plantas industriales están integradas verticalmente y por decreto del Ministerio de Economía se les reservó exclusivamente el 20% de las cuotas globales de jibia a los más grandes del sector, materia prima que garantiza su negocio, mientras las plantas de proceso de menor tamaño que dependen de un tercero, siempre han considerado que el recurso jibia debe ser 100% artesanal.
Queda claro que la desigualdad se convierte en un drama puesto que el cupo de las empresas procesadoras será ocupado por quien más toneladas haya procesado durante 2012 y 2013, en circunstancias que este recurso ha sido procesado por pymes desde la década de 1990 y los grandes industriales habilitaron sus plantas hace apenas un par de años, precisamente los que la autoridad ha decidido considerar para el concurso al cupo de las plantas. Esto parece, nuevamente, un traje a la medida».