Región de Los Ríos: Fipasur destaca rol de Pesca en Línea

Mar 3, 2014

Con fondos propios y de Corfo crearon una planta procesadora hace dos años y comenzaron a contactar a posibles proveedores y compradores.

(Revista Qué Pasa) En Valdivia (Región de Los Ríos), la Federación Interregional de Pescadores Artesanales de Sur Valdivia (Fipasur) está tratando de solucionar uno de los más graves problemas que los aquejan; los bajos precios que se pagan en la caleta. Para esto crearon una empresa, Pesca en Línea, que no solo se salta a los intermediarios sino que también garantiza que no se sobreexploten los recursos.

“El día a día del buzo es duro”, dice José Martel, quien lleva veinte años moviéndose con los vaivenes de las olas y del clima. En verano la situación mejora, pero en invierno hace frío y siempre hay riesgo de que el mar “se ponga malo”. “Es una vida bastante sacrificada”, dice Martel quien vive y trabaja en la caleta Los Molinos, a veinte kilómetros de Valdivia hacia el mar. Los precios que le pagaban por las navajuelas, las cholgas, las almejas que saca, tampoco ayudan. Pero desde hace tres años algo cambió.

Los profesionales de la empresa Pesca en Línea se acercaron personalmente a él y le ofrecieron un trato. Si les traía los mariscos que ellos necesitaban, ellos le iban a pagar mejor, aunque no le pagarían de inmediato, sino después de un par de semanas. “Me pareció interesante, porque ellos me garantizaron trabajar así todo el año. Antes, en invierno se me hacía difícil, pero ahora siempre tengo a quién entregar”, dice Martel.

Además del pago, había otros detalles que marcaban la diferencia entre Pesca en Línea y otros compradores con los que Martel trabajaba en la caleta. Ellos lo obligaban a traerles productos en talla para comercializar y no en veda. Además, tenían que ser mariscos de alta calidad. Y la diferencia más importante es que Martel era, de cierta forma, dueño de esta empresa con la que empezaría a trabajar.

Porque Pesca en Línea es un proyecto creado por la Fipasur, que agrupa a 1.300 personas en la Región de Los Ríos, entre los que se incluye a José Martel. “Esto surge del análisis hecho de que el pescador siempre ha sido el último eslabón de la cadena”, dice el jefe de la Unidad de Investigación y Desarrollo de la empresa, Claudio Barrientos. “Es el pescador el que tiene la capacidad de capturar, pero no maneja el mercado. Hay mucha intermediación e informalidad”.

Tradicionalmente, un pescador o buzo como José Martel está en el comienzo de una larga pero rápida cadena que termina en la mesa. Cuando vuelve al puerto o a la caleta, ya hay un intermediario esperándolo que le compra el producto a precio bajo. “A veces es el dueño de una empresa procesadora, otras veces es una persona que le va a vender a la empresa procesadora”, explica Barrientos.

Luego el procesador se lo vende a un distribuidor y de ahí llega al supermercado. “Pasan cuatro manos, y en cada una de ésas aumenta el precio. Esto se ve en muchas partes del mundo: el que menos gana es el pescador y los intermediarios obligan a un monopolio, fijan el precio, y la informalidad de los pescadores no los ayuda”, comenta el biólogo marino, “entonces dijimos, si abordamos la comercialización y lo hacemos bien, podemos generar un cambio directo en la calidad de vida de los pescadores”.

Con fondos propios y de Corfo crearon una planta procesadora hace dos años y comenzaron a contactar a posibles proveedores y compradores. La idea era, en un principio, al menos abastecer con pescados y mariscos a restaurantes, hoteles y público de la zona, haciendo pesca sostenible y mejorando los ingresos de los pescadores. Sin embargo, no todos se entusiasmaron con la idea como José Martel.

“Esos mismos pescadores, que eran parte de la federación, que sabían que la empresa era de ellos, no estaban interesados”, dice Patricio Olavarría, gerente de Pesca en Línea, “querían su plata no más”. Los otros compradores en la caleta les ofrecían menos, pero los pescadores preferían tener el dinero ahí mismo, lo que era difícil de hacer para Pesca en Línea. “Por ejemplo, los hoteles nos pagaban a 30 ó 40 días”, explica Olavarría.

Pescadores inquietos

La preocupación por los precios pagados en la caleta no es nueva para los miembros de la federación de pescadores de la zona de Valdivia. Hace diez años, intentaron organizarse y llegar directamente al premio gordo: el Terminal Pesquero de Santiago. Hicieron los contactos y llegaron con una gran carga, pero el comprador no se hizo cargo. “Los productos se echaron a perder y no se concretó el negocio. Perdieron cinco millones de pesos”, dice Patricio Olavarría.

“Una de las claves fue decir ‘pastelero a tus pasteles’. Los dirigentes a dirigir y los profesionales a la planta”, dice el presidente de Fipasur, Marco Ide. Contrataron a Olavarría como gerente, quien se sumó a Claudio Barrientos, que ha asesorado a los pescadores desde que salió de la universidad.

“Nosotros no somos de la idea de ir a hacer cola a la Intendencia, nosotros somos distintos”, dice el dirigente Marco Ide. “Lo que tenemos que hacer es no solo ver el tema social, sino también ver el tema comercial, que ha sido por muchos años la piedra en el zapato de los pescadores artesanales”.

“Les tratamos de inculcar a los pescadores que sepan que, si sacan el loco pequeño no van a tener más locos”, explicó Marco Ide. Pero Pesca en Línea no solo se queda en el principio de la cadena; están trabajando en difundir el consumo responsable de pescados y mariscos, tanto conversando con chefs como con público general.

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