(EL MERCURIO) Recuperación. Así podría definirse el momento que atraviesan las compañías salmonicultoras. Tras años de altibajos, la industria ha sido capaz de lograr una mayor estabilidad en el ámbito sanitario y ambiental, lo que ha ayudado a las firmas a obtener mejores resultados durante el año pasado y lo que va de 2017.
Sin embargo, las posibilidades de crecimiento que tiene el sector en las regiones de Los Lagos y Aysén son acotadas. Los parques nacionales, la Ley Lafkenche y la suspensión en la recepción de nuevas solicitudes de concesión han actuado como límites para la industria.
Ante ello, y pese a que también hay restricciones, algunos empresarios están poniendo sus ojos en la Región de Magallanes como eventual foco de desarrollo.
Según el gerente de farming de Salmones Magallanes y vicepresidente de la Asociación de Productores de Salmones y Truchas de Magallanes, Óscar Garay, la producción anual total de salmones en la región de Magallanes fue de 70.000 toneladas brutas el año pasado, lo que se tradujo en ventas por cerca de US$320 millones. Sin embargo, fuentes del sector estiman que a 2022 el volumen podría llegar a un peak de 140.000 toneladas.
Hoy solo hay cuatro firmas con operaciones en el sector: Cermaq, Australis, Nova Austral y Salmones Magallanes. A ellas se sumarán Blumar y Salmones Multiexport, cuya intención es comenzar el proceso de siembra en 2018.
Garay sostuvo que la producción en Magallanes está limitada y tampoco está la posibilidad de pedir más concesiones. «Hubo un proceso de zonificación y se acotaron mucho las áreas aptas. Además, la tramitación es muy lenta, porque desde que se presenta la solicitud hasta que se apruebe la concesión pueden pasar, incluso, siete años», señaló el ejecutivo.
En cuanto a los planes de inversión de Salmones Magallanes, Garay manifestó que acaban de realizar una inversión de US$32 millones en una piscicultura. «La meta es que las empresas que operemos acá tengamos todo el ciclo productivo para nuestros salmones en Magallanes. La idea es no depender de otras regiones», afirmó Garay.
Otra de las firmas que ha realizado inversiones es Nova Austral, que comenzó la construcción de una piscicultura de recirculación de alta tecnología.
El factor común de las firmas que tienen planes en Magallanes será el uso de tecnología de punta en sus operaciones. Garay destacó que se trata de «algo comparable a las empresas top de Noruega. Y queremos mantenerlo así, porque nuestros estándares sanitarios y ambientales se han mantenido en el más alto nivel», señaló.
El gerente general de Blumar, Gerardo Balbontín, comentó que el monto proyectado de inversión en la zona será en torno a los US$150 millones. Solo algunas concesiones ya están otorgadas, mientras que otras se encuentran en estado de tramitación.
Balbontín dijo que proyectos de este tipo contribuyen y fortalecen a la región, que es una de las que actualmente más crece a nivel país y que tiene menor cesantía. «Además de eso, veo que nosotros y el resto de las compañías estamos comprometidos con el desarrollo sostenible en la zona. Hay conciencia de eso, sobre todo considerando las condiciones especiales del lugar», aseguró el ejecutivo.