El temporal de lluvia y viento que desde el martes azota las regiones de Los Ríos y Los Lagos ha encendido las luces de alerta de las autoridades, por la brusca crecida que ha experimentado el caudal del río Nilahue.
El curso nace en una vertiente desde el cordón volcánico El Caulle -que está en erupción desde el sábado- y vierte hacia el valle del lago Ranco, ubicado al norte de la zona en erupción. En las últimas 24 horas, más de 100 milímetros de lluvia generaron el aumento de caudal y torrente del río, que pasó de 10 metros cúbicos a más de 30. Así informó La Tercera.
Este cambio produjo el desborde del Nilahue en el sector de Contrafuerte, donde arrasó un pequeño puente de madera que es utilizado por los lugareños, arrieros y los turistas que practican kayak y pesca con mosca durante el verano.
En ese sector, ubicado a 15 kilómetros del cráter del volcán, el Nilahue corre con una espesa capa de color café oscuro, que arrastra piedras pómez, trozos de troncos y ramas calcinadas. El caudal arroja en la zona naciente del río una temperatura de entre 40 y 45° C, que genera la conformación de oleadas de vapor similares a una terma.
De acuerdo con el vulcanólogo de Sernageomin, Hugo Moreno, esto se explica porque el área de la erupción se ubica exactamente en las cabeceras del río.
"El lugar del cráter sería el sector de Los Baños o Las Azufreras, localizado dos kilómetros al noreste de la zona de erupción de 1960. El cráter está en la naciente del río Nilahue, por lo cual el material volcánico está fluyendo en forma de flujos piroclásticos calientes hacia el curso del río, por eso el agua se calienta. Además, arriba se está produciendo quema de bosques y carbonización de madera", señala el especialista.
Río abajo, la temperatura del torrente desciende. Al mezclarse con los cursos de los ríos Contrafuerte y Los Venados, baja a 15° C y llega 9° C cerca de la desembocadura del Nilahue en el lago Ranco.
Recurso de protección
La acumulación de lahares y sedimentos volcánicos preocupa a las autoridades, por la eventual conformación de diques en sectores angostos del río, como Arenal y el paso La Mula, donde se encajona en pequeñas cuencas de 10 metros. Estos angostamientos, a juicio del gobernador de Ranco, Eduardo Hölck, generan riesgo de aluviones en los sectores de Pichico, Pocura, Quirrasco y El Zapallo. En esos caseríos aún permanecen 14 personas, que no han querido ser evacuadas.
Frente a ello, ayer el intendente interpuso un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Valdivia. Hölck explicó que la acción busca obtener permiso legal para sacar a las personas en riesgo. "Se esconden cuando va una patrulla militar o de Carabineros, se van hacia el cerro", dijo.
Baltazar Cárdenas (53) es una de las personas que se resiste a dejar su casa. "Nos han pedido, pero tengo ovejas y vacas en parición y no puedo dejarlas", dice el ganadero. "No creo que el Nilahue puede subir tanto. Y si cae ceniza, se va a ir con puelche. Da miedo estar cerca del volcán, sobre todo en la noche, con los tronares y los temblores", cuenta.
Ayer, las autoridades y la Onemi reforzaron el monitoreo sobre el caudal del Nilahue, que podría aumentar aún más su nivel, considerando que el sistema frontal continuará generando precipitaciones. Según el gobernador de Ranco, la caja de 400 metros cúbicos de río asegura que aún puede acumular más caudal antes de generar un aluvión.
En tanto, la Asociación de la Industria del Salmón señaló ayer que los impactos de la erupción en el complejo volcánico son acotados y que afectan a empresas como Salmones Cupquelan, que perdió 4,5 millones de alevines de salmón y truchas.
Según el gremio, la pérdida no tendrá mayor efecto en la industria, que siembra mensualmente 12 millones de salmónidos.