El Diario informa hoy que el robo de salmones en la zona sur del país es un tema que inquieta tanto a productores nacionales como extranjeros, ya que representa entre el 1% y 2% de la producción nacional, como aseguró el presidente ejecutivo de la multinacional noruega Fjörd Seafood Chile, Thomas Kehler.
La situación no es menor si se considera que esta industria exportadora facturó casi US$ 1.000 millones durante 2000, lo que equivaldría a pérdidas de hasta US$ 20 millones anuales.
Para Kehler, cuya firma tiene ingresos anuales por US$ 300 millones y pretende producir en Chile 36 mil t el próximo año, dicho fenómeno no se produce en mercados europeos o países como Canadá, lo cual genera un fuerte daño tanto al mercado local como a la imagen del país en el exterior. Internamente, “el perjuicio a la industria también responde a los bajos precios y la mala calidad con que se comercializa el producto”, señaló.
Humberto Fischer, presidente de Salmones Pacífico Sur, que en 2000 facturó US$ 68,8 millones, coincidió con las apreciaciones de Kehler argumentando que el problema más grave se produce en el daño a la imagen de los exportadores en los mercados internacionales.
El empresario explicó que en muchos casos los compradores extranjeros pueden sentirse engañados al recibir la mercadería, debido a que arriba al país de destino con un peso inferior al que se acordó previamente. “Como los hurtos son muy pequeños, ya que se sustraen sólo entre dos y tres filetes por caja, los clientes no adjudican la merma a un robo de la mercadería”, sostuvo.
Robo organizado
La industria está afectada por dos tipos de robo: en las salmoneras y en los embarques. Respecto de este último, a pesar de las investigaciones que se han hecho, no está claro dónde ni cómo se produce.
Respecto de la sustracción en los lugares de crianza, el modus operandi de los delincuentes pasa por la destrucción de las cercas de protección durante la noche para recoger los salmones desde el río o lago. “Lo hacen a vista y paciencia de los productores sin que éstos puedan hacer nada”, enfatizó Fischer a El Diario.
Según el empresario, el delito se comete también en las dependencias del aeropuerto internacional antes del embarque del producto. Esta situación se ve agravada por la falta de luminosidad que existe en el recinto, ya que la mayoría de los envíos llegan desde regiones en horas de la tarde.
En muchos casos se sabe que los sellos de seguridad de las cajas de salmones son violados y reemplazados por otros iguales, lo cual no permite detectar cuándo y en qué momento se produjo el robo, explicó el gerente general de la Asociación de Productores de Salmón y Trucha, Rodrigo Infante. Afirmó que este tipo de delitos ha aumentado en forma proporcional al crecimiento de la producción nacional.
A su juicio, los individuos que se encuentran tras este tipo de delitos forman parte de una red criminal organizada, porque cuentan con bastante “experiencia” y manejan datos e información confidenciales. “Las autoridades deben tomar conciencia de este problema y cartas en el asunto. Hay que detener esta situación en forma inmediata”, concluyó.