Valdivia: Presentan alegatos por piscicultura en lago Rupanco

Mar 19, 2015

Este proyecto consiste en la instalación de 42 estanques de fibra de vidrio de 11 metros de diámetro y 250 metros cúbicos de volumen en la ribera del lago Rupanco, al interior del fundo El Parrón, muy cerca de Puerto Chalupa.

(El Mercurio) Denuncias de vicios en la aprobación ambiental de la Piscicultura Rupanco en el lago del mismo nombre, en la Región de Los Lagos, fueron planteadas ayer (lunes 17 de marzo). Esto, en el marco de una reclamación presentada ante el Tribunal Ambiental en Valdivia, que busca anular el permiso concedido a esta iniciativa en 2012 por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).

Este proyecto -de propiedad del empresario Andrés Vargas Teuber- consiste en la instalación de 42 estanques de fibra de vidrio de 11 metros de diámetro y 250 metros cúbicos de volumen en la ribera del lago Rupanco, al interior del fundo El Parrón, muy cerca de Puerto Chalupa.

Por casi tres horas alegaron las partes en la sala de audiencias del tribunal, donde no comparecieron ni abogados ni representantes de la empresa.

Gonzalo Parot, abogado representante de 25 personas reclamantes que viven en las cercanías del proyecto, subrayó en su intervención que con la aprobación ambiental de esta piscicultura «se ha sobresimplificado la evaluación ambiental y eso redunda en los vicios que se han detectado (…) Creemos que aquí hubo un error de parte del Servicio de Evaluación Ambiental». Detalló que «aquí no se justificó la localización del proyecto aún cuando el Plan de Desarrollo Comunal no privilegia estas actividades en el sector. Entonces, ¿por qué esta piscicultura se puede instalar en ese lugar?». Y agregó que otro aspecto discutible es que antes de que esta piscicultura ingresara al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, ya se había hecho efectiva una modificación al uso de suelo. «Eso es completamente irregular», sostuvo.

Iván Cheuquelaf, abogado del SEA de Los Lagos, explicó que el organismo evaluó ambientalmente el proyecto y «llegó a la convicción técnica y científica de que era motivo de presentar una declaración y no un estudio (de impacto ambiental)». Otro aspecto al que se refirió Cheuquelaf y que fue criticado abiertamente por la parte reclamante, es que este proyecto no incluyó una consulta indígena aun cuando dos comunidades se emplazan en las cercanías del lago Rupanco. «Durante la evaluación ambiental no se conoció ningún antecedente de parte de Conadi, que es el organismo encargado de suministrar esa información al SEA», dijo el Cheuquelaf.

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