(Estrategia) Los acreedores del holding español Pescanova están divididos sobre la conveniencia de salvar a su filial chilena, donde las unidades más atractivas serían Acuinova y Nova Austral. Un grupo estaría a favor de conservar esta operación, pues es la que más da valor al conglomerado gallego, mientras que otro tendría asimilado que deberá enajenarse, pero que al menos continuar con ella hasta fines de este mes o incluso marzo próximo ayudaría en el proceso de reestructuración de la firma.
Al interior de Pescanova, la voz es nada más que una. Quieren a toda costa quedarse con sus filiales chilenas, porque confían que la crisis financiera por la que atraviesa el holding se resolverá y sin firmas como Acuinova y Nova Austral los planes de crecimiento serían más complicados. Cabe recordar que estarían en carrera para tomar el control de estos activos la canadiense Cupquelan, la noruega Marine Harvest e inversionistas liderados por Econsult.
Es por esta razón que la solicitud de quiebra de Acuinova, realizada por el Banco BCI para apurar su venta –que se unió a la de PescaChile, pedida por el HSBC-, no fue vista con buenos ojos en Pescanova, que tenía sus esperanzas puestas en salvar a sus filiales chilenas.