Álvaro Pérez, de Mowi Chile: “Nuestra impresión es que aquí primaron criterios comunicacionales y políticos”

Ago 24, 2020

Consultado sobre la resolución de la SMA que se conoció el pasado viernes, el gerente de Licencias y Medio Ambiente de Mowi Chile comentó que aquí "hubo graves faltas de rigor técnico, incluso de debido proceso, sumado a un amplio desconocimiento de la industria, lo que es muy grave para una institución como esta".

La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) notificó el pasado viernes 21 de agosto la resolución que cierra la fase administrativa que investiga el siniestro ocurrido en julio de 2018 y que produjo el masivo escape de 690.000 salmones (Salmo salar) desde el centro de cultivo “Punta Redonda” de Mowi Chile S.A., emplazado en la comuna de Calbuco (región de Los Lagos). Esto, luego de un fuerte evento climático ocurrido en la zona.

Ese día, la SMA sancionó dos cargos, uno calificado como gravísimo por 8.909 unidades tributarias anuales (UTA), lo que equivale a $5.300 millones, y uno leve por 4,5 UTA, esto es $2.700.000, en contra de la salmonicultora. Se trata de una de las mayores multas que podrían ser aplicadas –de perseverar– a una empresa acuícola en el país.

“En relación con este pronunciamiento preliminar de la autoridad medioambiental, Mowi Chile reitera, una vez más, su firme convicción que el accidente, así como el escape de peces, no generó daño ambiental. La resolución de la SMA se basa exclusivamente en una presunción de carácter legal que no tiene sustento científico”, explicó Mowi Chile cuando se conoció la decisión de la SMA.

AQUA conversó con el gerente de Licencias y Medio Ambiente de Mowi Chile, Álvaro Pérez, quien profundizó respecto de los argumentos que tiene la salmonicultora para defender su posición. De hecho, la compañía ya informó que hará uso de su derecho a impugnar ante las instancias jurisdiccionales correspondientes la resolución de la SMA, con cuyos fundamentos no concuerda.

Mowi Chile ha expresado que luego del escape de 2018 realizó una inédita investigación de seguimiento de este siniestro por más de un año, la cual fue realizada por entidades especializadas. ¿Quién realizó estos estudios y cuáles fueron las principales conclusiones?

Tras el accidente, la masa de peces escapados fue mayoritariamente capturada por la pesca artesanal, por pescadores informales, recolectores de orilla o bien depredada por lobos marinos. Todos los habitantes de la zona son testigos de que ello fue así y existen, en el expediente presentado a la SMA, centenares de testimonios y pruebas que lo demuestran. Se realizaron, además, múltiples monitoreos y estudios, entre los que destaca el realizado por EULA, que no detectó bancos de peces en el Seno del Reloncaví.

Pero aparte de esos hechos que, repito, fueron de público conocimiento, Mowi fue más allá y voluntariamente contrató los servicios de investigadores independientes como el Núcleo Milenio de Salmónidos Invasores (Invasal), una de las entidades científicas con mayor experiencia en el rubro, para que durante más de 14 meses monitoreara las consecuencias del escape.

Los resultados son categóricos: en los escasos ejemplares de salmón Atlántico capturados no se detectó contenido gástrico correspondiente a ingesta de fauna nativa. Los salmones formaron parte importante en la dieta de la abundante población de lobos marinos y no se constató la supervivencia de esta especie en el Seno del Reloncaví, ni en los ríos adyacentes. Lamentablemente, esta evidencia científica no fue considerada por la SMA, lo que debilita la consistencia técnica y científica de su resolución, restándole valor y credibilidad.

Ustedes también han argumentado que “los análisis demuestran que, a diferencia de otras especies, el salmón Atlántico no es depredador y no logra colonizar o sobrevivir”. ¿Cómo pueden fundamentar esta afirmación?

Hay una evidencia incuestionable. La literatura mundial y nacional postula que no existen, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, colonias establecidas de salmones del atlántico, porque sus características biológicas son incompatibles para sobrevivir en las condiciones que presenta el Océano Pacífico. Los estudios existentes son claros en esta materia.

En este caso específico, nosotros nos referimos al estudio que Invasal realizó durante 14 meses y eso es evidencia científica. Una conclusión relevante que entrega el informe preliminar de Invasal-Incar es que los escasos ejemplares encontrados durante los 14 meses de investigación fueron analizados en laboratorio y no tenían contenido gástrico de consumo de especies endémicas.

Además de las investigaciones y estudios que ustedes solicitaron a partir del evento ocurrido en 2018, ¿qué otras acciones tomó la compañía para cumplir con las regulaciones ambientales que rigen al sector?

La empresa ha adoptado siempre todas las medidas que la normativa ambiental y técnica establece para las faenas de la industria del salmón. Todas nuestras instalaciones cuentan con los más altos estándares y ante la inexistencia de una regulación chilena, nos regimos por los estándares de Noruega, que establece parámetros de estructuras de acuerdo a cinco diferentes niveles de exposición de centros de cultivo. Además, hemos trabajado en conjunto con proveedores de jaulas para mejorar los estándares e incluir la certificación noruega en sus estructuras.

¿Cuáles serán los pasos legales que seguirá Mowi Chile frente a la resolución de la SMA?

Nuestra impresión es que aquí primaron criterios comunicacionales y políticos. Hubo graves faltas de rigor técnico, incluso de debido proceso, sumado a un amplio desconocimiento de la industria, lo que es muy grave para una institución como esta. El día que se dictó la resolución, el 21 de agosto de 2020, el superintendente citó a una conferencia de prensa a las 10.30 hrs. Al iniciar su informe público, nuestra empresa aún no había sido notificada de la resolución. Eso expresa otros objetivos, por sobre el interés ambiental.

Mowi utilizará todos los instrumentos legales que estén a su alcance para que se revoque esta resolución que consideramos infundada, desproporcionada e injusta. La SMA desconoció todas las pruebas técnicas que demuestran que las estructuras cumplían con las condiciones de seguridad y de óptima calidad. Detrás de nuestra empresa hay 1.000 familias que están tranquilas con el siempre transparente, correcto y responsable accionar que ha tenido la compañía y, por todos ellos, vamos a seguir adelante.

En otro tema, aunque también relacionado con siniestros y escapes de peces, ¿qué le parece la nueva instrucción de la SMA que obliga a las salmonicultoras a implementar un sistema de monitoreo continuo y también la nueva reglamentación de la Subpesca que estipula certificar las balsas-jaula una vez al año?

Nos parece muy bien que existan reglas claras y estables, porque todas ellas son creadas en pos de la sustentabilidad de la industria. La voluntad de Mowi ha sido siempre cumplir rigurosamente con la normativa. Sobre el tema del monitoreo continuo, es importante señalar que a fines de 2019 Mowi fue la primera empresa en solicitar reuniones para entender de mejor forma el monitoreo en línea que la SMA quería implementar, porque consideramos que generando información confiable y oportuna se pueden tomar decisiones adecuadas.

En cuanto a la regulación en materia de fondeo que fue publicada el martes 18 de agosto 2020, consideramos también que es un importante avance que igualará estándares entre las empresas de la industria y permitirá fiscalizar y multar a quienes no los cumplan.

Pero sobre ese último punto quiero especificar que el escape de julio de 2018 fue producto de un accidente generado por condiciones meteorológicas extremas y sin precedentes, como fue acreditado en la investigación presentada ante la SMA y no es correcto decir que se produjo por baja calidad y falta de mantenimiento de las estructuras. Las fiscalizaciones y documentos del centro así lo acreditan. La desproporcionada sanción que ha impuesto la Superintendencia se basa fundamentalmente en presunciones científicas y supuestos incumplimientos de normas de fondeo y mantenimiento de estructuras que sí estaban en correcta norma.

 

 

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