Mientras el ministro de Energía, Rodrigo Álvarez, se preparaba para concurrir a la reunión que en la tarde de ayer miércoles 14 de marzo se celebraría con los dirigentes del Movimiento Social por Aysén, el gobierno comenzó a recibir los primeros informes de Carabineros que alertaban del reinicio de los bloqueos de caminos en cuatro puntos de la región, los que durante la noche se acrecentaban a seis, de acuerdo con lo informado por La Tercera.
En una escuela próxima a la Intendencia, Álvarez era esperado por los dirigentes que ya estaban reunidos, entre otros, con los subsecretarios Claudio Alvarado (Seg-pres) y Pablo Galilea (Pesca), además de una decena de seremis y asesores de Hacienda.
Pero las agresiones verbales recibidas por algunas autoridades -Galilea casi recibió un manotazo- llevaron al gobierno a cancelar el encuentro. El tenso ambiente se replicaba en las afueras del establecimiento educacional, con enfrentamientos entre manifestantes y carabineros.
La situación era monitoreada por el Presidente Sebastián Piñera desde La Moneda, donde se determinó la suspensión de la reunión que suponía el reinicio de las negociaciones en Aysén, detalló La Tercera.
Dos convicciones se instalaron en Palacio para congelar las tratativas y disponer el regreso de las autoridades a Santiago, situación que ocurriría hoy, salvo que cambiara radicalmente la situación de tensión que se vive en la zona.
En primer lugar, el gobierno consideró que el ambiente de agitación impide avances concretos y que el reinicio de los bloqueos vulnera la exigencia del Ejecutivo para retomar las negociaciones.
Y en segundo lugar, se acrecentó la sensación de que los principales interlocutores del movimiento están perdiendo el control sobre los grupos más radicales de la región.
"Queda sentado que esta mesa que se arroga la representación de Aysén, no tiene ninguna capacidad de controlar ni de comprometerse a trabajar por construir propuestas y avances que beneficien a la región", puntualizó el gobierno en una declaración pública de seis puntos.
Según La Tercera, en el gobierno evaluaban anoche la presentación de querellas invocando la Ley de Seguridad del Estado, las que ya se encuentran redactadas y se interpondrían individualizando a los responsables de los bloqueos.
Con todo, el Ejecutivo informó que mantiene su voluntad a seguir dialogando y que, independiente del futuro de las negociaciones, de todas maneras se van a implementar las propuestas planteadas para el desarrollo de la región.
"El gobierno reitera su disposición a seguir trabajando por Aysén y a implementar desde ya las medidas que permitan seguir desarrollando la región. Pero este trabajo se desarrollará con actores que estén dispuestos a conversar y trabajar con el respeto a las condiciones mínimas que se requieren para dialogar", se puntualizó en la declaración.
Ante el nuevo impasse, los dirigentes responsabilizaron directamente al gobierno, a quien acusaron de provocar a la población con el envío de fuerzas especiales de Carabineros y la dilatación en el inicio de las reuniones.
"Esto es una excusa. Es una irresponsabilidad (…). Nos pidieron constituir comisiones de trabajo y lo hicimos, y nos dejaron esperando más de dos horas", dijo el vocero del movimiento, Iván Fuentes.
Hasta la madrugada, continuaban los bloqueos e incluso se cortó el tránsito en el puente Ibáñez, sector emblemático de las movilizaciones.
La jornada estuvo marcada por momentos de tensión. A primera hora del día, un dirigente de los pescadores había advertido que los sectores que se descolgaran del movimiento iban a pagar las consecuencias. En tanto, el senador Antonio Horvath (RN) criticó la suspensión del diálogo y dijo que se han "magnificado" las protestas, precisó la noticia publicada por La Tercera.