Campaña invernal al Istmo de Ofqui: científicos relatan su experiencia y hallazgos

Sep 26, 2022

A finales de agosto un equipo multidisciplinario de científicos y científicas exploraron la remota zona del Istmo de Ofqui, región de Aysén, durante la exigente temporada invernal de la Patagonia chilena.

Oceanógrafos, especialistas en especies marinas, tanto mamíferos como bentónicas, limnólogos, arqueólogos y paleoecólogos conformaron la segunda expedición al Istmo de Ofqui, en la región de Aysén, la cual tuvo una primera exploración durante el año 2021. En ambas oportunidades se tomaron diversas muestras del “casi intacto” estado del Golfo de Penas, un ecosistema que reúne una desembocadura glaciar, el mar, la Laguna San Rafael, desembocadura de ríos, el hábitat de ballenas en riesgo de extinción, una de las más extensas playa de Chile e  intervenciones humanas que intentaron abrir una senda entre el mar y la laguna.

Todas estas características reúnen el sector conocido como Istmo de Ofqui, ubicado en el golfo de Penas, una zona que para los investigadores de las ciencias humanas y naturales sigue siendo aún un misterio con gran potencial científico.

Ecosistemas dulceacuícolas

En término de ecosistemas dulceacuícolas el equipo del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) pudo describir de manera preliminar las características limnológicas de este territorio, con dos grandes cuencas, los ríos San Tadeo y Nevado que drenan agua de glaciar, además de un extenso sistema de humedales y lagunas, los cuales probablemente está fuertemente influenciado por la zona costera.

El biólogo Luis Uribe comentó que “nos encontramos con un gran desafío para tener acceso a estos cuerpos de agua tierra adentro, pudiendo solo tomar muestras (calidad de agua y biodiversidad de macroinvertebrados) en los lugares más cercanos a la línea de costa, a excepción del río San Tadeo, el cual remontamos con zodiac aguas arriba tomando muestras de agua de varios de sus afluentes, con el fin de entender la dinámica físico-química de su drenaje y cómo esta agua influye en el estuario y la productividad marina costera. En general, nuestro objetivo principal fue recorrer el territorio, observarlo y hacer nos preguntas con enfoque científico para a futuro poder estudiar y entender la interacción terrestre-marina de estos ecosistemas dulceacuícolas tan lejanos de los efectos antropogénicos”.

Ecosistemas Marinos

En relación con la caracterización de los sistemas bentónicos; aquellas especies que habitan en fondo marino, la Dra. Paula Ortiz, relató que “pudimos observar una playa de arena de gran extensión, con características de playa reflectiva y una zona de rompiente de intenso oleaje. En esta playa se identificaron macroalgas a la deriva como huiros (Macrocystis pyrifera) y cochayuyo (Durvillea antárctica) el cual sirve de fuente de alimento para pequeños crustáceos. Debido a las condiciones climáticas y oleaje no pudimos trabajar en la desembocadura del glaciar San Quintín; Y nos enfocamos en la bahía San Quintín ubicada al norte de Golfo de Penas, lugar donde desemboca el rio San Tadeo y se ubican el Seno Aldunate. En esta área más protegida del oleaje, observamos la influencia del río y la alta sedimentación en el fondo marino, el cual se caracterizó por presentar fondos blandos, es decir un sedimento fino tipo fango, el cual fue muestreado mediante el despliegue de un equipo mecánico que nos permitió colectar muestras de sedimento para caracterizar diferentes parámetros sedimentarios como granulometría, contenido de materia orgánica total, potencial Redox y pH, clorofila en sedimentos y la fauna que vive en estos ambientes. Las muestras de sedimento nos indican en una primera instancia influencia glacial dado el color gris claro, textura fina y bajo contenido de materia orgánica, lo que repercute en bajas biomasas y densidades de fauna”.

Otro factor importante para conocer el estado de salud de los ecosistemas marinos son aquellos estudios relacionados a la columna de agua, donde se obtuvieron muestras para caracterizar en términos físicos; como temperatura, salinidad y oxígeno, como también, químicos; concentración de nutrientes y biológicos; concentración de clorofila, carbono orgánico disuelto, composición de la comunidad bacteriana/fitoplanctónica.

Estas muestras podrán dar luces del estado de este sector con bajo impacto antropogénico. Para la Dra. Paulina Montero, jefa de la expedición y oceanógrafa, el ecosistema estudiado presentaba las siguientes características a primera impresión, “hasta el momento la data de los perfiles físicos nos indica que tenemos una zona bastante oxigenada, con concentraciones entre 6.8 y 7.5 ml/L de oxígeno disuelto en todas las estaciones de muestreo. En aquellas donde se buscó estimar la influencia del agua tanto fluvial como glacial en el océano costero, presentó profundidades menores a los 15 metros. Dada la alta intensidad del viento en la zona y las condiciones de invierno, pensamos que habrá bajas concentraciones de comunidades microplanctónicas”.

Fotografía: COPAS Sur Austral

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