Pese a que Chile es el único país de occidente que está en la lista de los diez principales productores acuícolas a nivel mundial, la industria local -que ha basado su desarrollo casi exclusivamente en salmón y trucha- estaría ralentizando su tasa de crecimiento debido a los signos de fatiga mostrados por los mercados internacionales. Así lo manifestó el destacado consultor Carlos Wurmann, quien agregó además que la acuicultura oceánica «offshore» se asoma como la solución más importante para los cultivos marinos en las próximas décadas.
Estas afirmaciones las entregó en el marco de la inauguración del año académico 2010 de Santo Tomás, a través de la Clase Magistral «La investigación en acuicultura y sus perspectivas económicas en Chile y Latinoamérica» que se realizó ayer miércoles 14 de abril en el edificio corporativo de esta casa de estudios de Puerto Montt (Región de Los Lagos).
El experto añadió que mercados como el norteamericano, europeo y japonés han tenido un dinamismo extraordinario, capaz de absorber cantidades enormes de salmón, donde Chile ha logrado crecer a la par de estos destinos. "Nosotros estamos concentrando nuestra estrategia nacional de producción de la acuicultura sólo en dos productos, por lo que la posibilidad de que nuestra industria en forma total pierda su vigor es muy evidente", sostuvo Wurmann.
Añadió que ya existen los primeros síntomas que muestran que empresarios e inversionistas están mirando al extranjero pensando en involucrarse en proyectos de acuicultura, no sólo porque ya no encuentra que Chile tiene la capacidad de seguir creciendo de una manera atractiva, sino porque no tienen alternativa de llegar a los mercados internacionales con una bandeja de productos más diversificada.
Sin embargo, el consultor destacó el desarrollo alcanzado por nuestra acuicultura, que más allá de los problemas que pueda enfrentar hoy día o los que padecerá mañana, "nadie puede dejar de reconocer que estamos frente a un emprendimiento nacional de la más alta jerarquía desde todo punto de vista".
Justamente por lo anterior es que dijo, "porque hemos alcanzado un nivel de excelencia es que no podemos aceptar la complacencia de nuestro quehacer y debemos preguntarnos si lo estamos haciendo bien para proyectarnos hacia el futuro", advirtió.
Si bien Chile ha basado el éxito de su acuicultura en especies introducidas y tecnologías foráneas, el consultor dijo que la tendencia apunta a que los esfuerzos más importantes para imaginar el desarrollo de la acuicultura está basado en especies nativas. "Ya no tenemos más salmones y turbot, entre otros. Hoy día, producto de una visión medioambiental que es crítica y que es precautoria en relación con la capacidad que tenemos de seguir importando especies, lo que viene es el trabajo con especies nativas".
Desafíos que enfrenta Chile
A pesar de tener las condiciones de ser un top ten de la acuicultura y de que existen mercados que están muy abiertos y expectantes de lo que podemos hacer a futuro, Carlos Wurmann afirmó que Chile tiene ciertos problemas que están provocando la caída de la tasa de crecimiento de la industria acuícola.
Dijo que no existen alternativas para aumentar significativamente la producción a cinco años o más. "Chile ha sufrido un proceso de deterioro de su capacidad de plantearse e imaginarse para el futuro. Nos hemos sentido satisfechos de lo que está pasando con la industria del salmón y hoy, cuando miramos el futuro que está abierto desde el punto de vista del mercado y tiene mejoras tecnológicas en muchos frentes, nos encontramos que el país no ha sido capaz de pensarse claramente para abrir desde ya las alternativas de producción de los próximos años", puntualizó.
Enfatizó que un país que ha logrado 30 años de crecimiento no tiene un plan nacional de desarrollo de la acuicultura. "No hay claridad, no hay metas definidas. Estamos derrochando un esfuerzo tremendo por nuestra incapacidad de ver qué es lo que tenemos que hacer. Esto conspira con nuestro liderazgo y con la capacidad de generar empleo y riqueza", aseguró.
¿Cómo avanzamos?
Entre las propuestas de Wurmann para avanzar, mencionó, entre otros, cultivar más de lo mismo en forma cada vez más eficiente; intensificar esfuerzos para desarrollar nuevas alternativas de mercado; desarrollar alternativas de diversificación productiva; y mejorar sustancialmente la gobernabilidad.
Potencial de la acuicultura oceánica
Para el consultor, la acuicultura oceánica «offshore«, es lo que se presume debería ser la solución más importante para los cultivos marinos en las próximas décadas. "Los acuicultores han descubierto que existen conflictos en el manejo de las zonas costeras, han surgido problemas para conseguir concesiones, conflictos con el turismo, los pescadores artesanales, por lo que están pensando ir a cultivar al mar abierto, lo que sin duda es una alternativa con gran potencial", comentó.
Sin embargo, fue enfático en manifestar que si bien existen iniciativas incipientes para su desarrollo, como país no se ha hecho nada relevante para lograr su impulso. «Los norteamericanos, que son nuestros principales importadores del salmón Atlántico fresco, llevan una batalla de cuatro años en el Congreso para aprobar una legislación que favorezca la acuicultura oceánica y que se ha visto impedida por el lobby gigante del Estado de Alaska, que privilegiando los intereses de los pescadores de ese lugar impiden que Estados Unidos acceda a este tipo de cultivos. Cuando eso pase, y Estados Unidos logre implementar la acuicultura offshore, es muy probable que este país produzca rápidamente todo el salmón que nosotros estamos exportando», dijo.
Finalmente, Carlos Wurmann estimó que Chile debería tener en la actualidad, "de dos a tres instituciones mirando al océano como una fuente extraordinaria de riqueza para el futuro".