Un modelo de triple impacto en liceos técnicos profesionales de localidades costeras

Ago 26, 2022

A continuación, replicamos la Columna de Opinión de Daniel Arriagada, director I+D moluscos del Centro Acuícola Tongoy (CAT) de Fundación Chile, en el contexto del Día de la Educación Técnico Profesional.

La formación técnico profesional (TP) puede contribuir al desarrollo del país y a buscar las soluciones que los nuevos contextos demandan, como el de la crisis climática. Una formación pertinente y de calidad no solo impacta en la inserción juvenil en el mundo del trabajo y en ofrecer mejores trayectorias formativo-laborales para sus estudiantes, sino que también impacta positivamente a los territorios donde se encuentran.

Así lo hemos podido comprobar en el caso de Tongoy, en la región de Coquimbo, y Mehuín, en la región de Los Ríos. Incluir la acuicultura en las especialidades de los liceos técnicos que miran al mar abre nuevas oportunidades para los jóvenes de esas localidades. Desde el Centro Acuícola de Tongoy (CAT) hemos implementado en estas dos localidades modelos de triple impacto en conjunto con sus liceos técnicos pesqueros: capacitando a estudiantes vulnerables, contribuyendo a la principal actividad económica del territorio, y a la producción sostenible de recursos marinos. Esto permite enfrentar el presente de las comunidades costeras, que sufren las consecuencias de la sobre extracción de recursos marinos y el cambio climático.

En el Liceo Marítimo Carmen Rodríguez de Tongoy la experiencia comenzó en 2019. Sus estudiantes de la especialidad de acuicultura hoy son entusiastas participantes del modelo.

Limpian los biofiltros, mientras esperan la llegada de los alevines de truchas, para lo que será su quinta cosecha de acuaponía, donde obtendrán peces y variedades de lechugas producidas en forma sustentable. En paralelo, captan las larvas para una nueva producción de semillas de ostión, destinada a abastecer a los pequeños acuicultores del molusco, quienes más tarde podrán comercializarlos y proveer a las cocinerías de la caleta.

Este modelo llamó la atención internacional, y fue reconocido como mejor Innovación Inclusiva en el certamen global Best Microalgae Awards 2020, lo que fue un incentivo para llevarlo a otros lugares de Chile. Así fue como llegamos a la Región de Los Ríos, distante a casi 1.400 km de nuestro centro, y hoy estamos trabajando con el Liceo Politécnico Pesquero de Mehuín, en la comuna de Mariquina.

A través de un proyecto financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional, se está remodelando el hatchery que permitirá realizar la transferencia de la tecnología para el cultivo del choro zapato (Choromytilus chorus), un recurso emblemático de la zona.

La baja en la matrícula y la deserción escolar, junto con la disminución de los recursos marinos para la pesca artesanal, son algunos de los problemas que aquejan a la comunidad de Mehuín y que este proyecto busca ayudar a subsanar. Para lograrlo, contamos con el compromiso de la comunidad escolar del Liceo Politécnico Pesquero.

Mientras seguimos trabajando en Mehuín, y en el mes que celebramos el Día de la Educación Técnico Profesional, soñamos con que este modelo de trabajo colaborativo de instituciones formativas con los sectores productivos de sus territorios pueda implementarse en otros puntos del país, expandiendo las oportunidades de la educación técnico profesional, con directo beneficio para las comunidades.

Fotografía: Fundación Chile.

Daniel Arriagada

Daniel Arriagada, director I+D moluscos del Centro Acuícola Tongoy (CAT) de Fundación Chile.

REVISTA DIGITAL

[latest_journal_single_iframe]
Temas relacionados