Confepach se refiere a escape de salmónidos desde centro salmonicultor

Jul 2, 2020

Marcelo Soto destacó que “conocidos son los efectos negativos sobre el ecosistema y la biodiversidad acuática regional que tiene cada uno de estos eventos, ya que, por un lado los peces pueden ser agentes transmisores de enfermedades y, por otro, compiten por el espacio y las fuentes de alimentación con nuestras especies nativas".

El presidente del Directorio de la Confederación Nacional de Federaciones de Pescadores Artesanales de Chile (Confepach), Marcelo Soto Castillo, manifestó su preocupación por la constante fuga de salmones desde los centros de cultivos ubicados en el sur del país y que “generan un daño irreparable en el ecosistema y los recursos pesqueros, fuente de trabajo y de alimentación de la población en el país”.

Al respecto, el dirigente puntualizó que “el fin de semana pasado se produjo un nuevo escape masivo de salmones desde uno de los centros de cultivo de la empresa Blumar en el Seno de Reloncaví, donde 16 de 18 jaulas dejaron escapar más de 900.000 salmones de un peso promedio cercano a los 4 kilos cada uno. Esto pone una vez más en jaque nuestro ecosistema regional”.

Marcelo Soto añadió que “conocidos son los efectos negativos sobre el ecosistema y la biodiversidad acuática regional que tiene cada uno de estos eventos, ya que, por un lado los peces pueden ser agentes transmisores de enfermedades y, por otro, compiten por el espacio y las fuentes de alimentación con nuestras especies nativas, además de que las depredan brutalmente dada la voracidad que tienen los salmonídeos que se alimentan de cualquier pez que encuentren en su desplazamiento”.

Agregó que “uno de los problemas mayores que se crea por estos procesos corresponde a lo se conoce como naturalización de estas especies en nuestro ambiente, situación más que probable, ya que entre el año 2010 y el 2020 llevamos sobre 90 eventos de este tipo con un gran número de especímenes escapados y poca recaptura efectiva” subrayó.

De acuerdo con el dirigente, “aducir que las condiciones climáticas son las responsable de estos dañinos eventos denota un enorme descriterio, ya que estas son las condiciones habituales en nuestros espacios costeros y una empresa responsable debe tomar todas las medidas recomendables para que estas situaciones no afecten sus instalaciones y menos que se produzcan estos eventos de escape”.

Marcelo Soto también acotó que “cuando suceden este tipo de eventos, las empresas se preocupan de recapturar al menos el 10 % de lo escapado para evitar multas mayores y creen que al vincularse en este proceso de recaptura con la pesca artesanal vienen a solucionar el problema y casi consideran que le están haciendo un favor a los pescadores”. Agregó que la pesca artesanal, efectivamente, se compromete en apoyar la captura con el objeto de obtener un beneficio económico a su labor y lo toman como una trabajo que, en esta época de pandemia, le es muy necesario. No obstante, «el pescador sabe que la presencia de los salmones cohabitando con los otros recursos es un tremendo daño porque en el proceso de engorda se emplean medios químicos que quedan en el fondo marino con el consiguiente daño ambiental que tantas veces hemos denunciado, sin resultados positivos como lo hemos esperado, sino que con meras sanciones económicas y absoluto desprecio hacia el trabajo del artesanal que no destruye, sino que protege el medio ambiente de los recursos del mar”.

El presidente de Confepach apuntó que la normativa vigente  sanciona a los responsables de estos eventos con multas que van a las arcas fiscales y que jamás han contemplado alguna medida de mitigación para la población y trabajadores que viven de la captura de los recursos “que naturalmente crecen y se desarrollan en el mar y son fuente de alimentación saludable de la población”.

“Por años, la pesca artesanal ha abogado por la modificación de  los cuerpos legales para que,  por un lado, se permita la captura de estas especies exóticas que ya abundan en nuestras aguas y que, dentro de las normativas de recaptura para los ya frecuentes escapes, se establezcan mecanismos de fijación de los precios por especie recapturada, los que deben considerar el valor comercial de la especie, y un adicional a definir, que considere los efectos nocivos que esta acción provoca y provocará a futuro. Instamos con más fuerza aún a nuestros parlamentarios para que analicen en serio estas propuestas que hemos presentado reiteradamente y que al parecer siguen durmiendo en algún escritorio”, concluyó.

 

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