Desde distintos frentes: Mujeres que aportan al desarrollo de la acuicultura

Nov 30, 2018

Este 30 de noviembre, cuando se celebra el Día de la Acuicultura, quisimos conocer la experiencia de mujeres que aportan a la industria desde distintos ámbitos y lo que ha significado para ellas ser parte de este dinámico sector.

La industria acuícola chilena dio sus primeros pasos de la mano de hombres –veterinarios, biólogos, científicos y emprendedores– que vieron en los cultivos marinos un enorme potencial. En los primeros años, las mujeres eran pocas, tanto en centros de cultivo como en plantas de proceso. Sin embargo, con el paso de los años, estas comenzaron a tomar gran relevancia, partiendo por puestos administrativos y luego entrando de lleno en la producción, logística, coordinación, planta de proceso y un sinnúmero de otras actividades.

Hoy, a ellas se las puede ver en cualquier tipo de labor. De hecho, la industria acuícola se transformó en una gran fuente de empleos para muchas mujeres de la zona sur austral que, antes de la irrupción de esta actividad, no tenían demasiadas alternativas. Un claro ejemplo son las plantas de proceso, que se convirtieron en una oportunidad de trabajo estable para muchas mujeres y familias sureñas.

Este 30 de noviembre, cuando se celebra el Día de la Acuicultura, quisimos conocer la experiencia de mujeres que aportan a la industria desde distintos ámbitos y lo que ha significado para ellas ser parte de este dinámico sector.

Karen Sandoval: “Mi experiencia ha sido buena y confortable”

KAREN SANDOVAL, JEFE DE CENTRO MORGANPartimos con Karen Sandoval, quien se desempeña como jefa del Centro Williams de Australis Mar, en la región de Aysén, y quien ocupa un cargo que ha sido desempeñado históricamente, y en mayor cantidad, por hombres, pero donde las mujeres también han sabido posicionarse y desarrollarse con éxito los últimos años.

Mi vida en la acuicultura nació a comienzos del año 2000, cuando realicé mi primera práctica profesional, como ingeniera acuícola, en el Estuario del Reloncaví, en dependencias de la empresa Stolt Sea Farm. Participé en la producción de los salares de esa área. Posterior a ello, durante el año 2004, ingresé bajo el “Proyecto Semilla” a Marine Harvest Chile, donde comencé mi aventura profesional en la engorda de salmón coho, en la Isla de Chiloé”, recuerda.

En 2014, Karen ingresó a Australis Mar para tomar nuevos desafíos cultivando esta misma especie (coho) en Calbuco, en el centro Huito, e Isla Llancahue, en el centro San Francisco. El 2017 se trasladó a los fiordos y canales de la región de Aysén, para laborar en el centro Williams. Gracias a toda esta experiencia y resultados obtenidos, se le dio la posibilidad de ascender a su actual cargo, es decir, jefa de centro, cultivando salmón Atlántico.

“En general, mi experiencia ha sido buena y confortable durante todos estos años en la industria acuícola. Me ha ayudado a ser cada día más comprometida con lo que hago y tener tiempo para entregarle a mis seres más cercanos, como mis hijos y esposo, pilares fundamentales de mi vida”, expresó la profesional.

¿Qué mensaje le daría a las mujeres que trabajan en la acuicultura?

“Que en la vida no existen barreras o dificultades que no se puedan superar con perseverancia y actitud, tanto en lo laboral como en lo personal. El ser mujer en esta industria no es un impedimento para lograr objetivos y metas concretas en un ciclo productivo y menos para tener gente a su cargo. Por eso, invito a todas las mujeres acuícolas a cruzar esa barrera y ser parte, en terreno, de la crianza y engorda de peces en nuestro mar chileno”.

Carolina Ojeda: “Esta industria le hace muy bien a la región”

Carolina Ojeda es prevencionista de riesgos y se desempeña como administrativa en Multiexport Foods. Antes de ingresar al sector, trabajó en los sectores de la construcción e industria inmobiliaria, sin embargo, mientras estudiaba, comenzó a trabajar en la salmonicultura, en el área de abastecimiento, donde tenía contacto con proveedores que entregaban insumos y servicios a la empresa.

“Con la llegada del virus ISA, me di cuenta de que esta industria ha sido un gran generador de oportunidades y progreso, ya que cuando decae, todos los grandes y pequeños proveedores, que son un apoyo para todas las labores, también se ven afectados”, sostuvo. Destaca también que, trabajando en esta industria ha sido testigo de cómo muchos proveedores de la compañía donde trabaja “comenzaron de a poco hasta convertirse en empresarios importantes; todo gracias a los servicios prestados por años a la salmonicultoras”.

“Como experiencia personal, veo que esta industria le hace muy bien a la región, en cuanto a bienestar económico y social. Existe una fuente laboral permanente y espero siga siendo así. A las mujeres que trabajan en estas empresas, les puedo decir que, independiente del área donde se desempeñen, gracias a esta fuente laboral muchos han podido ver incrementada su calidad de vida”.

Carol Toledo: “Aportamos con ideas frescas para soluciones integrales”

Ingeniería civil industrial, Carol Toledo, quien se desempeña como bussines controlling and analysis en Cermaq Chile, lleva seis años trabajando en la salmonicultura, aunque antes ya la había conocido cuando realizó práctica profesional. Trabaja en el área administrativa, pero, de igual forma, ha tenido el privilegio de conocer pisciculturas, centros y plantas de proceso.

“Esta es una industria que, al trabajar con seres vivos, es muy dinámica y llena de imprevistos. Es complejo planificar y saber cómo nos irá”, expresó.

“Sin duda, es una industria muy marcada por la presencia masculina. Sin embargo, la integración femenina aporta la cuota de color a una industria más bien monocromática. Aportamos con ideas frescas para soluciones integrales desde una perspectiva que mezcla la sensibilidad que nos caracteriza y la efectividad que siempre buscamos”, destacó.

Marcela Barrera: “Multiexport me ha permitido llevar una vida familiar cercana”

Marcela BarreraEsta ingeniería comercial, con postgrado en Gestión Financiera de Pequeña y Mediana Empresa, ha trabajado, en los últimos diez años, en diferentes áreas de creación de valor dentro de Multiexport Foods. “El año 2005 me incorporé al Departamento de Control de Gestión Corporativa de Finanzas de la compañía y, desde el año 2014, estoy a cargo de la Subgerencia de Planificación y Gestión de Farming, liderando un equipo de diez personas. Esto me ha permitido fusionar el mundo productivo con el financiero, lo que ha sido muy enriquecedor, tanto para mí como para la compañía”, resume.

“Actualmente, me capacito para perfilarme como data scientist, con el objetivo de contribuir en los procesos de mejora dentro de la compañía. Por otro lado, el compromiso con la innovación de nuestra empresa, y el plan de transformación digital que estamos desarrollando, me han permitido participar permanentemente en procesos de creación e interacción con equipos de trabajo de diferentes disciplinas”, añadió.

“En lo personal, trabajar en Multiexport me ha permitido llevar una vida familiar cercana, participando activamente en cada una de las actividades de mis hijos, lo que da cuenta del compromiso de la empresa con sus trabajadores. Además, aprovechando las ventajas de vivir en una ciudad más pequeña, con un entorno privilegiado, me he podido desarrollar en una actividad profesional que está en el circuito mundial”, sostuvo.

¿Algún mensaje para otras “mujeres acuícolas”?

“La industria salmonicultora se ha abierto cada día más a la incorporación femenina en todos los espacios laborales, otorgándoles a las mujeres y madres el apoyo necesario para que puedan compatibilizar su vida personal y profesional. Las invitaría a aprovechar estos espacios, para que puedan desarrollarse laboralmente, permitiéndole a la industria expandir sus capacidades productivas”, concluyó.

Miriam Chávez: “Las mujeres hemos logrado ganarnos un espacio”

Miriam Chávez no necesita mayor presentación, puesto que es bastante conocida en el sector salmonicultor local. Esta mujer, además de desempeñarse en la planta de proceso Aguas Claras de Calbuco, perteneciente a Empresas AquaChile (antes Aguas Claras), es presidenta del Sindicato N° 3 de dicha instalación y además directora de la Multisindical de Trabajadores del Salmón, Ramas Afines y Pesquerías, instancias desde las cuales ha luchado por años por los derechos de los trabajadores y trabajadoras del sector. Acostumbrada a reclamar lo justo, marcó un hito, hace unos quince años, al ser una de las primeras mujeres de la planta en hacer uso de su derecho (recién instaurado por ley) de salir a amantar, dos veces al día, a su hijo recién nacido. Como ella, muchas siguieron su ejemplo y las condiciones de las miles de mujeres que trabajan en las plantas de proceso comenzaron a cambiar, para mejor.

“Llevo 17 años trabajando en la planta que hoy es de AquaChile. Entré el 2002 y es el único trabajo que he tenido. En todo este tiempo, ha habido muchos cambios. Este era un mundo bien machista, pero nosotras fuimos entrando a diversos campos. Por ejemplo, me tocó trabajar en la línea de lavado con puros hombres. No sabía de qué se trataba, pero quise aprender. Le puse el hombro y salí adelante. Luego trabajé, por unos tres años, como despinadora. Fue ahí donde quedé esperando a mi último hijo, y posteriormente, comencé a desempeñarme como clasificadora, en el área de sellado, donde vemos el último plano de los pescados que van a exportación”, contó.

Reunión entre la multisindical y el ministro del TrabajoMiriam sigue ocupando este puesto, que combina con su activa labor sindical, mundo que también, en un principio, era bastante masculino. “Antes, los sindicatos estaban formados por puros varones. En 2008, sin embargo, las mujeres comenzamos a empoderarnos. En mi caso, siento que el liderazgo es una cualidad innata, pues siempre trataba de ayudar a las personas. Había lolitas, mamás y hasta abuelas que a veces necesitaban atención. Si veía alguna injusticia, yo lo decía”, comentó esta trabajadora y dirigente que ha sido testigo de cómo muchas mujeres del sur se fueron sumando a esta industria que comenzó a demandar fuertemente mano de obra para el procesamiento de salmones.

“Las mujeres nos hemos ganado un espacio en esta industria. Hemos logrado, trabajando con empatía, muchas mejoras. Ha sido muy valioso estar en este rubro donde hay buenos sueldos y me ha permitido, en mi caso, desarrollarme también como mamá”, dijo orgullosa, recordando a su hija mayor profesional, a su hija del medio universitaria y con ganas de ser un aporte para el mundo desde la pedagogía, e hijo adolescente que, con seguridad, dará grandes pasos también.

¿Qué le diría a otras mujeres del sector?

“Querer es poder. Eso es lo primero. Aquí, uno se puede desarrollar como persona, pero primero que nada hay que querer. Yo me di cuenta de que podría hacer muchas cosas. Cuando uno se lo propone, puede conseguir cambios. Lo otro importante es trabajar siempre en conjunto. Si a la industria le va bien, nosotros podremos tener buenas negociaciones también”.

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