(EcoSea) Al norte de Caldera (Región de Tarapacá) y a 1,5 km de la costa, se está desarrollando un proyecto de cultivo offshore de seriola con las jaulas sumergibles y redes de aleación de cobre de EcoSea. Frente a la alerta de tsunami de la que fue objeto el martes 1 de abril el norte del país por el terremoto 8,2 cuyo epicentro fue Iquique (Región de Tarapacá), la compañía aplicó con éxito su procedimiento antiefecto de condiciones climáticas catastróficas sin que la estructura y los peces sufrieran daño alguno.
La información la entregó el gerente general de EcoSea Farming, Rodrigo Sánchez, quien expresó que apenas se conoció la alerta de tsunami en la tarde del martes “se aplicó, siendo esta una situación real, los protocolos para que la jaula fuera sumergida, procedimiento que duró solo 10 minutos. En tanto, al mediodía del miércoles la jaula se sacó a flote, maniobra que también tomó 10 minutos y donde se evidenció que la estructura cumplió con su objetivo al no sufrir daño alguno y proteger los peces tal como fue diseñada. Se puede destacar que la balsa jaula considera un sistema de suministro de oxígeno que se dejó funcionando de forma preventiva, el cual funcionó perfectamente”.
El ejecutivo destacó que “habíamos realizado sumersiones rutinarias normales y/o preventivas ante mal tiempo, pero nunca lo habíamos realizado con la presión de estar frente a una alerta de tsunami real provocada por un terremoto cercana a la zona de cultivo y con epicentro en el mar”.
A juicio de Rodrigo Sánchez, esta experiencia “sirvió para comprobar que la infraestructura diseñada por EcoSea es eficiente frente a desastres como tsunamis o huracanes u otra contingencia ambiental como marejadas y/o temporales. Además, nuestra gente se comportó muy profesional ante la emergencia real”, puntualizó Sánchez.
Proyecto offshore
El proyecto para el cultivo de la seriola en el norte de Chile cuenta con el apoyo de Innova-Corfo y en él participan Acuinor, EcoSea, International Cooper Association, Indura y la Universidad de Valparaíso.
Si bien comenzó a principios de 2013, solo a mediados de año se sembraron en el mar los primeros juveniles de seriola en una balsa jaula circular de 20 m de diámetro y con redes de aleación de cobre.