El 29 de junio, recién pasado, se efectuó la presentación del libro autobiográfico “La historia de mi vida”, escrito por el líder histórico de la pesca artesanal y activista en materia de DD.HH., Hugo Arancibia, durante el padecimiento del cáncer que se lo llevó hace nueve meses.
El acto se realizó en dependencias del teatro Dante de Talcahuano, y se concretó en el día en que los pescadores artesanales de Chile rinden tributo a Pedro Pescador, con presencia de la familia del dirigente y el alcalde de Talcahuano, Henry Campos.
En la oportunidad, el edil elevó un reconocimiento “a un gran líder de Talcahuano, cuya imagen se proyectó a nivel regional, nacional e internacional, por su sabiduría y especiales dotes para dialogar, más allá de las diferencias y al que la ciudad puerto le debía el reconocimiento de la comunidad local y que hoy concretamos en su esposa, la señora Margarita Chandia González”.
Los comentarios en torno a la obra estuvieron a cargo de Eugenio Marco, de la Consultora Tironi quien dijo que “tuve la fortuna de trabajar con Hugo Arancibia en la primera mesa de trabajo entre Ferepa y la empresa Arauco, en la bahía y desembocadura del río Itata. Este trabajo significo también la colaboración con la comunidad científica de la U. de Concepción. Como editorialista me sorprendió leer su texto. La forma como aborda la pobreza y el ímpetu ejemplar con que logró ser un gran hombre, de sólidos valores cristianos, un humanista de los que el país hoy adolece. Al menos de la altura moral de Hugo Arancibia”.
Javier Arros Henríquez, diácono permanente para la Pastoral y el mundo del trabajo del Arzobispado de la Santísima Concepción, recordó que Hugo Arancibia se sumó a la defensa de los trabajadores vulnerados en sus derechos humanos a muy temprana edad y se destacó por esa sabiduría de la que estaba dotado y que lo llevó a luchar, junto a otros grandes líderes sociales, hasta la recuperación de la democracia en el país. Junto con ello se ocupó de que se elevara la calidad de vida de los pescadores artesanales, promoviéndoles la lectura y el estudio, estableciendo lazos con organizaciones que llevaron a muchos a concretar su educación formal.
Fue un hombre que pensaba, sostenía y actuaba por igual “más allá de los galones o títulos de pre y post grados, porque todos somos humanos, iguales, unos con más suerte que otros, pero somos iguales”, decía.
Fotografía: Ferepa Biobío