Encargada de acuicultura de WWF Chile: «Nuestra recomendación es basar la producción en una visión ecosistémica»

Sep 7, 2021

“Asumir los desafíos pendientes que tiene la salmonicultura respecto a sus impactos ambientales y sociales es un aspecto prioritario que debe ser abordado de manera urgente”, señaló María Jesús Gálvez, encargada de Acuicultura de WWF Chile.

Hace algunos días se conoció el Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, el cual muestra que las posibilidades de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5° C para finales de siglo, como se tenía planeado en el acuerdo de Paris ratificado en 2014, se están cerrando rápidamente.

Según los señalado en el informe, las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas son las responsables de un calentamiento del planeta en un 1,1° grados centígrados desde el periodo 1850-1900 hasta la actualidad. Frente a esto, ¿qué rol juega la industria acuícola?

AQUA conversó con María Jesús Gálvez, encargada de Acuicultura de WWF Chile, quien se refirió a los principales desafíos de la acuicultura frente al cambio climático y opinó acerca de las iniciativas que han tomado las empresas del rubro en materia medioambiental.

¿Qué interpretación puede realizar acerca de la informe emanado por el IPCC? En términos prácticos, ¿cuáles son los pronósticos para el planeta para el mediano y largo plazo?

Una de las ideas principales de este informe es que si bien los seres humanos hemos provocado un cambio climático global que ya tiene impactos irreversibles sobre el planeta, aún existe la oportunidad o la posibilidad de hacer frente a estos efectos y limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C para fines de siglo. El llamado central es a implementar medidas urgentes y profundas para reducir las emisiones y también para proteger y restaurar la naturaleza. No actuar ahora en forma decidida llevará a un recrudecimiento de los efectos climáticos que ya estamos experimentando no solo a nivel global, sino que también en Chile.

¿Cuáles son, a su juicio, los principales desafíos pendientes de la acuicultura que se realiza en Chile?

Más allá de los problemas e impactos ambientales que hemos mencionado en reiteradas ocasiones y de la necesidad de incorporar de forma más profunda la ciencia en la toma de decisiones, otro de los principales desafíos pendientes asociados a la industria acuícola en Chile tiene relación con aspectos sociales. Hay varios puntos que no han sido resueltos, entre los que destacan:  la restricción de acceso a recursos naturales, la operación sin consentimiento libre, previo e informado y la operación sin vinculación comunitaria. Estos desafíos deben ser abordados de manera integral entre distintos actores involucrados, incluyendo un rol importante del Estado, sector privado, organizaciones civiles y comunidades locales.

Hoy, existen varias empresas salmonicultoras que operan en Chile que han declarado su intención de avanzar hacia la carbono neutralidad. ¿Qué le parecen este tipo de iniciativas? ¿Es suficiente o se requieren aún mayores acciones en materia medioambiental?

En general, valoramos el aporte que el sector privado pueda realizar a la acción climática, pero somos muy claros también en enfatizar que asumir los desafíos pendientes que tiene la salmonicultura respecto a sus impactos ambientales y sociales es un aspecto prioritario que debe ser abordado de manera urgente. Existe evidencia que el deterioro de los ecosistemas naturales, tanto terrestres como marinos, también exacerba los efectos de la actual crisis climática, por tanto, también deben ser tratados con urgencia y profundidad.

Hace un par de años, WWF junto a Rabobank y algunas empresas salmonicultoras comenzaron a trabajar en un proyecto relacionado con sostenibilidad y relacionamiento comunitario denominado “Caja de Herramientas”. Esta iniciativa, ¿continúa? ¿En qué etapa se encuentra y cuáles han sido sus principales logros?

Efectivamente, WWF elaboró la caja de herramientas como guía para las empresas para un mejor relacionamiento comunitario. Luego, las empresas tomaron esta caja de herramientas y la utilizaron como base para generar un proyecto para su implementación que abordara los desafíos comunitarios en torno a cada empresa, por tanto, nuestro aporte fue poner sobra la mesa la necesidad de hacerse cargo de los temas comunitarios, pero el nivel de éxito de ello lo ha medido cada empresa en forma particular.

Finalmente, ¿qué recomendaciones le daría a los productores acuícolas nacionales para avanzar en términos de sostenibilidad y ser realmente un aporte en la lucha contra el cambio climático?

Nuestra recomendación para los productores es basar la producción en una visión ecosistémica que permita internalizar la capacidad límite de cada sitio o zona. El primer paso es empezar con un reordenamiento territorial en donde se redefinan las Áreas Aptas para la Acuicultura (AAA) teniendo como base la capacidad de carga ecológica, con el fin de no saturar áreas no apropiadas para la acuicultura, como Fiordo Comau y Estuario de Reloncaví. Además, respetar a las comunidades y sus territorios ancestrales, así como a las áreas protegidas que existen en la Patagonia.

Junto con adoptar esa mirada ecosistémica, es muy importante entender que no se puede separar la acción climática de la protección de la biodiversidad y el respeto por las comunidades locales. Tener ecosistemas sanos y resilientes ante el cambio climático es un desafío que debe ir de la mano con la reducción de emisiones.

Fotografía: WWF Chile

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