Con esta enfática conclusión, Greenpeace alertó a los pescadores de la isla de Chiloé quienes reaccionaron con indignación ante la evidencia entregada por la organización ambientalista. “Estos nos da una luz de esperanza a lo que ya toda isla sabía: el vertimiento de salmones que autorizó el Gobierno fue la causa de tragedia social que está viviendo la isla. No es ni la marea roja ni el cambio climático ni el fenómeno de El Niño. Es el Gobierno que deliberadamente decidió sacrificar la isla. Ahora tenemos herramientas para seguir luchando por nuestro mar sin que nadie nos mienta”, fueron las palabras llenas de indignación de los pescadores y mujeres trabajadoras del mar, que asistieron al encuentro.
El científico, Ernesto Molina, que participó en el estudio explicó que “no hay fundamentos oceanográficos para afirmar que no hay relación entre el vertimiento y la marea roja que se observó. El vertimiento actuó como fertilizante y las corrientes determinaron el patrón de desplazamiento del amonio proveniente de éste en esa zona».
En Greenpeace explican que el estudio se basa en el análisis de las muestras de agua tomadas en las expediciones, imágenes satelitales, datos de la NASA y los testimonios recogidos en terreno.
“Sabemos que el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, permitió a través de las instituciones que de él dependen, que las empresas salmonicultoras arrojaran el pescado podrido al océano sin realizar un estudio de impacto ambiental que acreditara que el vertimiento no tendría efectos tóxicos en el océano. El Gobierno traicionó a Chiloé, lo sacrificó en pro de la industria salmonera”, explicó Estefanía González, coordinadora de Greenpeace en Chile.