Intentos de venta de Invermar: ¿La tercera es la vencida?

Feb 9, 2015

Invertec anunció recientemente un contrato de compraventa con Alimar, la compañía de propiedad del conocido empresario pesquero Roberto Izquierdo Menéndez.

(La Tercera) La semana pasada, Invermar, la salmonicultora ligada a los hermanos Mario y Alberto Montanari, volvió a sorprender al mercado. Esta vez, con el anuncio de un contrato de compraventa con Alimar, la compañía de propiedad del conocido empresario pesquero Roberto Izquierdo Menéndez. A través de un hecho esencial, Invermar informó a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) que Alimar se comprometió a lanzar una Oferta Pública de Acciones (OPA) por el 100% de la propiedad de la salmonera. Y le puso fecha a la operación: se iniciará a más tardar el 18 de este mes y se extenderá por 30 días.

Se trata del tercer intento que realiza la firma de los Montanari por vender sus activos, luego de que hace dos años no prosperaran las negociaciones con Salmones Cupquelán, filial de la canadiense Cooke Aquaculture, y más recientemente con AquaChile, ligada al empresario Víctor Hugo Puchi.

Esta vez, sin embargo, las cosas podrían ser distintas. Al paso del tiempo, que gatilla que la empresa tenga cada vez menos valor -su patrimonio bursátil en 2014 fue de US$ 13 millones, 92,6% más bajo que en 2010 (ver infografía)-, se suma la postura que hoy tiene la banca, acreedora de US$ 156 millones. Sin embargo, en lo que va de 2015, la compañía ha tenido un alza de 44% en comparación con el cierre del año pasado, llegando a US$ 18 millones de patrimonio bursátil.

Hacer la “quita”
Desde el sector financiero advierten que los bancos nunca han sido la piedra de tope para que Invermar logre cerrar un acuerdo, en medio de las agitadas aguas en las que navega por su compleja situación económica.

Según un representante de un banco acreedor, en 2013, el acuerdo con Cupquelán se cayó, y este año, con AquaChile el negocio tampoco habría funcionado, debido a algunas diferencias en las valoraciones de la compañía.

Los bancos insisten en que ellos nunca fueron obstáculo para que Invermar pudiera negociar con sus potenciales compradores.

Y hoy, entre los acreedores de Invermar, existe la expectativa de que la negociación con Alimar sea “la última oportunidad”.

“La mayoría de los bancos va a auspiciar la toma de control por parte de Izquierdo”, adelanta un ejecutivo bancario. ¿Cuál es la fórmula?: la empresa pagaría entre el 45% y el 50% de su deuda y habría un aumento de capital por parte de Roberto Izquierdo”, añade. Es decir, si los acreedores aceptan, se estarían cancelando hasta US$ 78 millones.

Según explican en el sistema financiero, el principal acreedor de la firma es Rabobank, con aproximadamente un 27% del total de pasivos. Le siguen BCI, con el 12,7%, y CorpBanca, con 12%. Más atrás aparecen los bancos Santander, con cerca del 9%; Chile, con el 6%, y un grupo formado por Itaú, Security y BBVA, con aproximadamente entre 6,5% y 7% cada uno, detallan fuentes al tanto del proceso. También figura una corporación de desarrollo, que posee del orden de 6%; el Bice, con cerca del 4%, y el BancoEstado, con aproximadamente el 1,5%, según las mismas fuentes.

“Hoy existe una disposición mayoritariamente positiva a una rebaja de hasta la mitad de la deuda, en la medida en que se concrete el cambio de propiedad, de manera de dar vuelta el capítulo. La compañía no puede seguir, necesita una inyección de capital, de administración, de gestión, de todo”, sostienen en los bancos acreedores.

Y si bien se trata de una rebaja importante para los bancos, hay claridad en que las condiciones de la compañía no son las mejores: “Al final es un análisis económico: ¿Hay una mejor fórmula que ésta? Hoy no la hay”, afirman en la industria financiera.

Pero también está el factor tiempo: “A medida que transcurren los días, la compañía vale menos, porque no puede seguir invirtiendo, no alimenta a sus peces, sus activos se van depreciando. Por eso, si esto no vuela, se acabó”, agrega otro alto ejecutivo bancario.

Algunas entidades financieras, incluso, creen que han dado todas las opciones y esta vez no están dispuestas a aceptar ofertas o “voladeros de luces que no se concretan”, advierte un ejecutivo.

En la banca explican que si los acreedores condonan cerca de la mitad de la deuda, la compañía crecería en su patrimonio, haciéndose más viable. “Obviamente, sería una empresa más sana y a lo mejor el patrimonio se incrementa un poquito”, estiman las mismas fuentes.

Al interior de otro banco acreedor indican que un punto importante es que las entidades financieras tienen provisionadas las deudas en sus resultados y, por lo tanto, cuando se realice el pago de parte de los pasivos, podrán liberar esos recursos, lo que tendrá un efecto positivo en las ganancias de cada entidad.

Consultado al respecto, BCI asegura que “permanentemente (se) ha dado un fuerte apoyo a estas empresas para apoyar sus operaciones, no afectar el empleo en la zona y dar viabilidad a un sector muy importante para nuestra economía”.

El plus de Izquierdo
Al momento de hablar de los ánimos de los dueños en esta nueva negociación, desde el sector explican que los Montanari “ya no tienen más salida. Técnicamente, la compañía ha estado quebrada varias veces”, sostienen.

Pero sí hay esperanzas en que la oferta de Alimar sea la definitiva y destacan el rol de Roberto Izquierdo, quien es considerado un empresario serio, que tiene los recursos y el interés en salvar a la compañía. De hecho, destacan que Izquierdo ha tenido un activo rol en las negociaciones. “Está haciendo la oferta, porque la quiere concretar y le puso fecha. El 18 de febrero parte la OPA. Antes nunca se llegó a saber la fecha de la OPA”.

A eso se suma que Alimar es considerada una compañía “que se ha manejado bien y conoce el sector”, afirman en la banca.

Mientras, en la industria bancaria sostienen que los Montanari han tardado demasiado tiempo en sacar a Invermar de sus problemas. “Probablemente podrían haber salido de otra manera, más rápida, si hubiesen exigido quedarse con un menor porcentaje de la empresa. Tuvieron más opciones de hacerlo mejor”, dice un ejecutivo del sector, quien cree que estos ruidos no le hacen bien a la industria.

La Tercera pidió su versión a los hermanos Montanari, quienes no estuvieron disponibles para comentar el proceso.

Los acreedores no están pensando en exigir que los actuales dueños de Invermar salgan de la compañía. “Pero entiendo que si quedan va a ser con un porcentaje muy menor”, añade un cercano a las negociaciones.

Pioneros en el sector
Con Invermar, la familia Montanari fue pionera en el desarrollo de la industria a fines de la década de los 80. “Tengo la mejor opinión de ellos como empresarios, porque han demostrado, junto a muchos otros, que de la nada crearon una industria que genera miles de millones de dólares para el país y miles de empleos, y eso es tremendamente positivo”, afirma el ex subsecretario de Pesca, Pablo Galilea.

Conocedor del sector, explica que hay muchos empresarios que partieron con las familias Montanari, Puchi y Fischer (socios de AquaChile), “y simplemente quedaron en el camino”. En el caso de Invermar, resalta el impacto que tuvo la crisis del virus ISA, “que le dio un golpe a la empresa del cual todavía no se han podido reponer”. Lo anterior, sumado al alto nivel de endeudamiento, “ha significado que Invermar esté como esté”, añade.

¿Por qué otras empresas, como AquaChile, pudieron remontar tras la crisis del ISA e Invermar no? Galilea apunta al tamaño de la empresa, el número de concesiones, eficiencia de la administración y capacidad de negociar la deuda. “Es una empresa más chica y con menos concesiones”, precisa.

Pese a los temporales, el ex personero destaca un punto a favor de los Montanari: Invermar tiene centros operativos y ha demostrado que puede sobrevivir a lo largo del tiempo. “Ojalá las negociaciones en las que están para vender puedan prosperar”, comenta.

El atractivo
Según el Registro Nacional de Acuicultura de Sernapesca, Invermar tiene 34 concesiones de acuicultura (centros de cultivo en mar) y tres pisciculturas (instalaciones en tierra para la etapa de agua dulce de los salmones). La mayor presencia está en la Región de Los Lagos: del total de concesiones, 28 están ahí -lo que equivale al 83% de la producción de la empresa en 2014- y el saldo está distribuido en la Región de Aysén.

Pero no todas las concesiones están en explotación. Hoy posee 12 centros de cultivo operando en mar, casi todos en barrios emplazados al centro de Chiloé, lo que sugiere la capacidad de crecimiento que tiene la firma. Esos centros, a su vez, representan un 3,4% del total de centros activos en el país.

¿El atractivo? Alicia Gallardo, subdirectora de Acuicultura de Sernapesca, acota que en la zona de Chiloé las instalaciones productivas de Invermar están cerca de plantas de procesos y centros de acopio. “Eso desde el punto de vista de la logística es adecuado”, agrega, porque reduce costos de traslado y almacenaje, entre otros.

Aunque en 2014 la firma registró buenos indicadores sanitarios, similares al resto de la industria, protagonizó un episodio poco feliz que terminó en la justicia, a raíz de un brote de virus ISA que presentó uno de sus centros, Traiguén I, en enero del año pasado. Sernapesca obligó a cosechar todos los peces que estaban en el mar -casi un millón de ejemplares- para eliminar el riesgo sanitario. Los Montanari llevaron el tema a tribunales. “Fue la primera vez que se generó una judicialización en la industria a raíz de un procedimiento de Sernapesca. Pero el tribunal nos dio la razón”, destaca Gallardo. Y agrega otro dato: de los ocho centros de Invermar en la X Región, cinco están en engorda, dos en siembra y uno en cosecha.

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