Maria Candelaria Acevedo, Sergio Bobadilla y Leonidas Romero, miembros titulares de la Comisión de Pesca y todos representantes de esta zona fueron los tres parlamentarios de los 13 que conforman la instancia legislativa de carácter permanente que llegaron a la sesión programada en la región del Biobío para el día de ayer. Hubo tres reemplazos, pero todos también parlamentarios locales (Johanna Pérez, Marlene Pérez y Clara Sagardia).
“No es una sorpresa y algo que presentimos. A excepción de la diputada Acevedo, el grueso de los parlamentarios de gobierno y que representan a otras regiones no llegó a la sesión. Derechamente creemos que prefirieron no conocer ni empaparse de la realidad que se vive en la capital pesquera industrial de Chile. Quienes más hablan de diálogo, dignidad y buenas prácticas, no estuvieron presentes hoy”, señaló Macarena Cepeda Godoy, presidenta de los Pescadores Industriales del Biobío.
Los diversos actores de la pesca industrial que lograron exponer durante esta mañana expresaron su molestia por lo ocurrido y las críticas apuntaron principalmente al presidente de la comisión, el diputado (RD-Valparaíso) Jorge Brito. Al respecto Macarena Cepeda expuso que “esta historia ya la conocemos. Pasará lo mismo que con los Diálogos Territoriales prelegislativos de la Subsecretaría de Pesca, se contará que se recorrió el país escuchando a los actores, pero al final del día este seguirá siendo un proyecto construido desde el sector artesanal y para el sector artesanal y dañino para la pesca industrial. Estamos más intranquilos que antes”.
La dirigenta gremial hizo un llamado a los trabajadores de la pesca industrial a estar alertas porque las señales desde el Gobierno y de sus parlamentarios son muy inquietantes. “Nosotros somos más de 6.500 trabajadores, la mayoría mujeres que laboramos en plantas y barcos en esta parte del país y vemos con dolor que el proyecto refundacional del Gobierno no se mueve un centímetro y nuestra región necesita más trabajo, crecimiento e inversión, no menos”, finalizó.
Por su parte, Juana Silva, presidenta de FESIP, dijo “tenemos incertidumbre. Este Ejecutivo ha presentado un proyecto de Ley de pobreza que es sinónimo de cesantía. No es posible que el gobierno, que el Presidente Boric y el ministro Grau, tengan desconocimiento real de lo que es esta región del Biobío, capital pesquera de Chile. Acá está el mayor desembarque, la mayoría de la industria, y los artesanales que nos abastecen”.
Juan Carlos González,presidente del Sindicato Interempresas de Patrones de la Pesca Industrial y representante del Personal Embarcado Industrial del Biobío, comentó que “estamos preocupados por el proyecto que amenaza los puestos de trabajo. La actividad pesquera es una actividad sana que genera empleo de calidad y formal, eso lo queremos mantener porque nos permite proyectarnos en el tiempo”.
Luisa Zapata, vicepresidenta de la Asociación gremial de Trabajadoras de las Plantas de Proceso de la Industria Pesquera y Salmonera del Biobío expresó: “lamentamos que no haya venido el presidente de la comisión, el diputado Brito, queríamos que escuchara nuestras inquietudes, que nos conociera como trabajadoras de las plantas de proceso, fue muy lamentable”.
Miradas encontradas
Al contrario de los representantes de los gremios de la industria, el presidente de Fetrapes (Federación de Trabajadores Pesqueros y ramas afines Zona Centro Sur de Chile, Juan Montenegro, fue crítico respecto a lo que ocurrió en la sesión, señalando que “las industrias pesqueras de la octava región mostraron su verdadero rostro, poniendo como escudos de sus privilegios, a sus trabajadores”, agregó que “su intención es ir a exponer a la comisión, pero en el congreso, donde se da una discusión de forma seria, en un marco de respeto, escucha y sin amedrentamientos”.
El dirigente manifestó que le preocupa el tipo de argumentos que se están dando para asustar a sus trabajadores, “se ha dicho que si se aumenta la cuota artesanal las plantas de proceso van a cerrar, cuando todo el desembarque que procesan las plantas proviene de los artesanales, no habrá ningún empleo afectado”.
“Fuimos testigo del relato de una trabajadora filetera que contó: ‘Trabajamos cuatro meses, y son siete meses que después estamos en la casa’, esa es la idea, esa es la pega de nosotros, esa es la inquietud de nosotros últimamente. Ya no se está trabajando como anteriormente, ya no se hacen los contratos, incluso se hacen anexos, te pueden hacer hasta 10 anexos la empresa, y te tienen ahí, pero el anexo te dura dos días”, concluyó el dirigente.
Fotografía: Pescadores Industriales del Biobío