(Nofima) Según el trabajo de doctorado realizado por la investigadora del Instituto Noruego de Investigación en Alimentos, Pesca y Acuicultura (Nofima, por sus siglas en inglés), Marta Bou Mira, la producción noruega de salmón en 2010 utilizó casi un 50% de proteínas y aceites vegetales en la alimentación de los peces. Hoy en día el contenido vegetal puede ser aún más alto. La investigación busca dilucidar cuál es el límite de contenido vegetal que pueden tolerar los salmónidos.
Mientras que la producción de salmón noruego se duplicó desde el 2000 a 2010, la oferta de la industria de la harina y aceite de pescado se ha reducido. Esto ha llevado a un cambio dramático en la composición de los alimentos para salmones, que se basaba anteriormente en materias primas marinas.
“Hasta el momento, parece que el aumento en la proporción de aceites vegetales en el alimento para el salmón noruego funciona bien en términos de crecimiento. Pero vemos que la cantidad de buenos ácidos grasos marinos en la carne del salmón se está reduciendo”, dijo Marta Bou Mira.
“Espero poder documentar los requisitos mínimos de los ácidos grasos Omega 3 presentes en el alimento de salmones utilizados en la industria moderna de la agricultura comercial. El objetivo es que los requisitos mínimos garanticen un buen crecimiento y calidad de la carne, sin poner en peligro el bienestar de los peces”, afirmó la investigadora Bou Mira.
Las pruebas
Marta Bou Mira se encuentra realizando un experimento a largo plazo, en el que sigue el desarrollo del salmón, desde los 40 gramos hasta los 3-4 kg. De los peces de entre 40 a 400 gramos se realizarán ensayos con 14 dietas diferentes, con diferentes contenidos de ácidos grasos marinos (llamados ácidos grasos esenciales, EPA y DHA). También se pondrán a prueba peces entre 1 y 4 kg con tres dietas diferentes.
Marta Bou Mira estima que la investigación podría ayudar a asegurar que la industria de la alimentación pueda utilizar las materias primas lo más eficientemente posible, mientras que los niveles de ácidos grasos marinos sean lo suficientemente altos como para asegurar el bienestar de los peces.