Oceana advierte los peligros del barreteo de algas en la región de Antofagasta

Dic 11, 2020

La disyuntiva parte porque al extraer las algas desde los discos adheridos al sustrato del fondo marino no se permite la recuperación natural de un recurso que es de gran importancia ecológica para nuestro país, según lo informado desde la ONG.

La organización de conservación marina, Oceana, se mostró preocupada frente a la nueva resolución publicada por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), en la que se permite el levantamiento de la veda extractiva del recurso huiro palo (Lessonia trabeculata) en el área marítima de la región de Antofagasta, donde hasta ahora solo se permitía la recolección de estas algas varadas.

Fue la federación de Pescadores, Buzos y Ramos afines de Taltal -que consolida a 13 organizaciones- la que solicitó suspender temporalmente la veda del huiro palo producto de la difícil situación económica resultante de la pandemia. Considerando que la ley contempla que en escenarios de estas características se pueden tomar medidas excepcionales, tanto el Comité de Manejo de algas pardas de la región de Antofagasta, como el Comité Científico Técnico Bentónico, revisaron los antecedentes y sugirieron a Subpesca permitir la extracción del recurso a través del barreteo por un plazo de 60 días.

De las conclusiones se desprende que el Comité de Manejó considera que “las praderas de huiro palo se encuentran sanas en la región, (…) sugiere apoyar esta moción cumpliendo con los resguardos para no producir alteración al estado de situación de las praderas de huiro palo con las cuales cuenta la Región”, resguardos que fueron especificados en la resolución.

Para César Astete, director de la Campaña de Pesquerías de Oceana, la medida es compleja considerando, por un lado, la necesidad que algunas familias están atravesando producto de la pandemia y, por otro, los peligros que conlleva el barreteo para los ecosistemas marinos y para la crisis climática. “Cuando las algas son barreteadas es como si viéramos árboles de un bosque arrancados de raíz; técnicamente, se extraen las algas desde los discos adheridos al sustrato del fondo marino y, al ser arrancadas, no se permite la recuperación natural de un recurso que es de gran importancia ecológica para nuestro país”, plantea Astete, agregando que “entendemos la situación compleja vivida actualmente por muchos pescadores y pescadoras, pero permitir la extracción de las algas mediante el barreteo en el norte puede ser una medida cortoplacista con graves consecuencias para el futuro”, sentencia.

Precisamente, es tal la importancia de estos recursos que, el huiro palo, huiro negro y huiro flotador tienen una veda extractiva desde 2016, la que fue extendida en 2018 hasta 2024 en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, permitiéndose únicamente la recolección de algas varadas en las playas. Es importante considerar que una reglamentación de estas características responde a lo crucial que son las algas para la vida en los océanos, consideradas como uno de los hábitats más diversos y ecológicamente dinámicos, al funcionar como sitios de alimentación y zonas de reclutamiento y asentamiento larval de peces, moluscos, crustáceos y otros invertebrados, todos altamente sensibles a los cambios de temperatura y que se ven amenazados por el calentamiento global.

“Es urgente que en Chile tomemos consciencia sobre la importancia que representan los bosques de algas en nuestro país; protegerlos y extraer este recurso de forma sustentable es crucial para mantener vivos los ecosistemas marinos, permitir el barreteo es hipotecar para siempre la salud de los océanos”, señala Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de Oceana Chile.

Desde la organización apuntan además que actualmente uno de los grandes problemas es fiscalizar la extracción ilegal de algas en el norte, por lo que será aún más complejo revisar que se cumpla el barreteo tal como lo exige la resolución emanada desde Subpesca. En esta dirección, la labor fiscalizadora del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura será crucial y se requiere un plan especial que disminuya los riesgos de actividad ilegal.

Foto: Archivo

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