(Estrategia) Dentro de la compleja propuesta de convenio de Pescanova se incluyen las cláusulas del llamado crédito supersénior, que implicará la inyección de EUR$150 millones entre la banca y el consorcio Damm-Luxempart, entre las que se incluye una que trata de garantizar la unidad de Pescanova como grupo. Por lo menos, durante toda la vigencia del préstamo, esto es siete años, según el diario español Faro de Vigo.
El plan de rescate a Pescanova estipula que por ahora sí es prescindible para la compañía su filial chilena, Nova Guatemala y la planta de rodaballo de Mira en Portugal. Aunque la banca, que hoy analiza en detalle el programa, pretende que la empresa no renuncie a estos activos y que intente salvarlos mediante acuerdos con las entidades financieras.
De acuerdo con las cifras del plan de viabilidad, ninguno de los grandes segmentos de negocio correrá peligro siempre y cuando se cumpla lo convenido en la cláusula de los inversores. Pescanova continuará con su negocio en Cono Sur (Argentina, Malvinas, Uruguay) o la división de langostino Vannamei (con plantas en Ecuador u Honduras), que llegará a aportar el 50% del beneficio bruto casi al primer año. Tampoco tendrá el cartel de «Se Vende» el negocio africano (Namibia o Mozambique), gran parte del negocio industrial y la división comercial del grupo.