A pesar de ser considerado el tercer volcán más peligroso de Chile, hace 54 años que el Calbuco (Provincia de Llanquihue, Región de Los Lagos) no presentaba signos de actividad eruptiva, sin embargo, a eso de las 17:45 hrs. de este miércoles 22 de abril la historia cambió y hoy las comunidades que se encuentran a 20 kilómetros a la redonda del macizo fueron evacuadas luego que la autoridad decretara zona de exclusión. La peligrosidad: desbordes de ríos y/o la caída de material piroclástico (fragmentos sólido de material volcánico expulsado a través de la columna eruptiva) que es dispersado por el viento.
Dicha material contiene cenizas que varían de tamaño y que generalmente están compuestas de sustancias ácidas, afectando así a la salud física de las personas, quienes pueden presentar síntomas respiratorios, oculares y a la piel.
La directora de la Escuela de Enfermería de la sede Puerto Montt de la Universidad Santo Tomás (UST), Marcela Alvial Soto, explicó que la irritación de las vías respiratorias se manifiesta con malestar y secreción nasal, dolor d
e garganta y tos seca. «Para las personas con problemas crónicos estos síntomas aumentan; de allí la importancia del uso de mascarillas en espacios abiertos», enfatizó la especialista.
Otra consecuencia de este tipo de contaminación atmosférica se puede presentar en la irritación ocular, sensación de cuerpos extraños en los ojos, con enrojecimiento y ardor. «Al restregarse los ojos se puede provocar una conjuntivitis y la presencia de estas arenillas pueden llegar a producir daño en la córnea, para lo cual se debe usar algún tipo de lentes protectores y no usar lentes de contacto fuera de espacios cerrados», ahondó Marcela Alvial.
De igual manera, comentó que se puede presentar irritación en la piel con picazón y enrojecimiento que se detecta inmediatamente en forma ocular y se pueden disminuir los síntomas con paños húmedos y no refregar o rascar las zonas afectadas.
«La presencia de cenizas también provoca efectos indirectos a la salud. Si contamina fuentes de agua que se usen para el consumo, las cenizas en las carreteras aumenta el riesgo de accidentes y en las calles el movimiento vehicular moviliza las cenizas depositadas en el suelo. Además, puede producir cortes de líneas eléctricas ya que las cenizas húmedas son conductoras», subrayó la representante de la UST, añadiendo que las cenizas que se acumulan en los techos de las casas pueden producir el colapso de estos; y también producir daño a la salud animal cuando se acumulan sobre los pastos.
Es así que entre los cuidados que se deben tener en cuentan figuran:
– Proteger los ojos con gafas protectoras.
– Proteger las vías respiratorias con mascarillas o pañuelo húmedo.
– Mantener las casas cerradas puertas y ventanas (no ventilar) y colocar paños húmedos en rendijas de puertas y ventanas.
– Eliminar las cenizas dentro del hogar con paño húmedo, no sacudir ni barrer, para evitar que estas se levanten.
– Recoger las cenizas con pala y evitar mojarla porque se endurece y aumenta su peso.
– Cubrir los depósitos de agua.
– Mantener a niños y adultos mayores dentro de las casas.
– No realizar actividad física para evitar problemas respiratorios.