¿Pueden las emociones influir en el consumo de seafood entre los jóvenes?

Abr 26, 2024

Las emociones son reacciones que afectan tanto la expresión corporal como el estado de ánimo. ¿Qué tan positiva o negativa puede ser la experiencia de una emoción? ¿Qué tan intensa se siente y qué tan activo y comprometido puede llegar a ser uno, por ejemplo, cuando se trata de elegir qué comida comer?

«Es precisamente este cambio en la experiencia de una emoción lo que nos interesa medir: cómo algo afecta nuestro estado emocional, es decir, las reacciones emocionales. Utilizamos un modelo para estudiar la relación entre tres posibles factores explicativos alternativos para las elecciones de mariscos hechas por adultos jóvenes, a saber, el lenguaje, el olor y el contexto. Luego evaluamos cómo estos factores emocionales están vinculados a la toma de decisiones», explica la científica de mercado de Nofima, Kamilla Bergsnev.

Efectos a largo plazo

Junto con sus colegas Florent Govaerts y Themis Altintzoglou, ella ha sido encargada por el Ministerio de Comercio, Industria y Pesca de Noruega para preparar el informe “Emociones y mariscos – ¿qué reacciones emocionales tienen los adultos jóvenes hacia los mariscos?”

El trasfondo del informe es el hecho de que los niños y adultos jóvenes en Noruega consumen significativamente menos mariscos de lo que es deseable desde una perspectiva de salud pública. «Las autoridades han invertido mucha energía y recursos en prevenir un descenso en el consumo de pescado. Han identificado a los adultos jóvenes como uno de los grupos clave para revertir esta tendencia. Los jóvenes consumen menos mariscos y pescado, siendo además el grupo de consumidores más receptivo a adoptar nuevos hábitos alimenticios», dice Kamilla Bergsnev.

Los tres científicos de Nofima señalan en el informe que involucrar a los adultos jóvenes tendrá efectos a largo plazo en el consumo de mariscos porque sus hábitos alimenticios pueden transmitirse a las generaciones futuras.

La forma en que hablamos sobre el pescado

Investigaciones anteriores en Nofima han demostrado que el precio y las características sensoriales como el olor, el sabor y la textura son cruciales cuando se trata de elecciones alimentarias, incluidos los mariscos. También se sabe por investigaciones anteriores que la disponibilidad, el precio y el conocimiento sobre la cocina afectan el consumo de mariscos entre los adultos jóvenes en Noruega.

Los científicos de Nofima han señalado en un informe anterior que deben investigarse factores explicativos alternativos para el bajo consumo de pescado entre los adultos jóvenes. «Entender por qué elegimos la comida que hacemos es un tema grande y complejo», comenta Bergsnev.

Las emociones pueden influir en nuestras elecciones de manera inconsciente, a través de procesos como el efecto de anclaje: experiencias y emociones pasadas que influyen en decisiones actuales, y algo llamado heurística afectiva: atajos mentales basados en emociones que influyen en cómo evaluamos la información y tomamos decisiones.

Según los científicos, las emociones juegan un papel clave en la comprensión de la toma de decisiones, y nuestra motivación es generalmente hacer elecciones que ‘se sientan’ bien.

«Investigaciones anteriores han demostrado que las emociones positivas hacia los productos alimenticios son factores importantes para elegir realmente estos productos. Por lo tanto, es interesante medir las emociones hacía varias palabras relacionadas con los mariscos ya que no hay investigaciones previas sobre esto en Noruega. Un factor explicativo alternativo relacionado con las emociones es la forma en que hablamos sobre el pescado y cómo afecta las preferencias», dice Bergsnev.

En el proyecto en cuestión, el enfoque se ha centrado en factores menos explorados como las emociones, el lenguaje y el contexto, para investigar cómo estos pueden afectar el consumo de mariscos. Utilizando las últimas tecnologías y métodos en investigación de consumidores, el objetivo del estudio era:

  • Ampliar nuestra comprensión de lo que influye en las preferencias de mariscos.
  • Investigar qué reacciones emocionales tienen los adultos jóvenes hacia las palabras relacionadas con los mariscos.
  • Investigar si diferentes contextos afectan la experiencia emocional de los olores de mariscos.

Experimentos

En la primera parte del experimento, los científicos querían investigar qué tipo de respuestas emocionales tienen los adultos jóvenes a las palabras relacionadas con los mariscos.

«La razón de esto es que palabras como pescado a menudo se pueden usar en contextos negativos o expresiones negativas en el lenguaje cotidiano. Por ejemplo, ‘huele a pescado’ se usa en contextos donde se dice que algo huele mal o quizás que algo es sospechoso», dice Kamilla Bergsnev.

Sin embargo, los resultados muestran que los adultos jóvenes tienen una respuesta emocional positiva a la mayoría de las palabras relacionadas con los mariscos que se relacionan con los mariscos noruegos conocidos, especialmente el salmón, la trucha, el bacalao y el pescado.

En la segunda parte del experimento, el equipo de investigación investigó cómo el olor del bacalao y el salmón frescos afectaba las respuestas emocionales y si la respuesta emocional a las palabras bacalao y salmón cambiaba después de que los participantes olían los productos. «No encontramos una correlación significativa entre las palabras y la experiencia emocional del olor a mariscos”, añade.

En la tercera parte del experimento, se utilizó RV (realidad virtual) para probar si diferentes contextos afectaban la respuesta emocional de la experiencia de olor. A través del uso de auriculares de RV, los sujetos de investigación fueron llevados a varios eventos cotidianos donde participan los mariscos.

«Elegimos cuatro contextos diferentes donde el uso de mariscos sería natural o común. Un supermercado porque comprar mariscos a menudo se realiza en tiendas, un apartamento con una cocina para ilustrar una cocina doméstica, un restaurante que es un lugar donde la gente come a menudo mariscos, y un barco en alta mar que puede tener una asociación natural con el bacalao», explica la científica.

Una actitud general positiva

Los resultados del estudio muestran una actitud general positiva hacia las palabras pescado, mariscos y mariscos, lo que proporciona un punto de partida positivo para la industria de los mariscos en Noruega.

Fotografía: Nofima.

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