Rabobank: «La banca se la ha jugado a fondo con los salmonicultores»

Abr 17, 2014

El gerente general de Rabobank en Chile, Erik Heyl, destacó el potencial de la industria salmonicultora local, sobre todo tras los cambios que se han llevado a cabo en el negocio.

(Pulso) Erik Heyl, gerente general en Chile de Rabobank, banco holandés especializado en la cadena agroalimentaria, destaca el potencial de la industria salmonicultora local, sobre todo tras los cambios que se han llevado a cabo en el negocio, con una normativa más estricta para evitar crisis como la vivida entre 2008 y 2009 generada por el virus ISA.

También juega a favor de este sector los mayores precios que ha alcanzado el salmón en los mercados internacionales.

“Creo que la industria salmonicultota en Chile tiene hoy un futuro más promisorio que el de hace unos meses atrás. Esto porque la mortalidad ha bajado y porque los niveles de producción han caído, por lo tanto, se ha controlado mejor la oferta. Esto es posible de ver con los precios del salmón, lo que de alguna manera está impactando en las perspectivas de la industria”, destacó Erik Heyl.

Y añadió: “Hay una combinación de factores, como haber aprendido de los errores y haber concurrido rápidamente en los brotes de ISA”.

Rabobank es uno de los principales acreedores de la industria salmonicultora en Chile. ¿Qué visión tiene del trabajo del sector para mejorar su rentabilidad?

Somos uno de los bancos más importantes para el sector y dado nuestro posicionamiento global en la cadena agroalimenticia, tenemos una visión de largo plazo. Esa visión la hemos tenido durante el ISA y la mantenemos frente a los problemas actuales. Pero ahora esa visión dice que esta industria tiene que aprender de lo que ha acontecido. Esto es algo que se observa en Noruega. En ese país, la industria ha evolucionado fuertemente, aunque siguen teniendo ISA. El virus nunca lo puedes erradicar totalmente, pero es una industria que ha aprendido a vivir con la enfermedad y controlarla correctamente.

Creo que es lo mismo que pasa en Chile, donde han ocurrido algunos brotes y la industria ha reaccionado de manera bastante ágil.

Por otro lado, ha habido un problema de manejo de mercados. Chile no tiene un poder de marcar precios en casi ninguna de sus industrias. Sí lo tiene en el cobre, por tener esa importancia internacional en cuanto a su producción, y también en la industria salmonicultora.

Esta es una industria bastante nueva y tiene que entender cuál es su impacto en los precios finales de sus productos. En el año 2012 y 2013, se sufrió fuertemente por una caída en los precios internacionales, lo que tuvo que ver con una sobreproducción de la industria chilena, que no ha podido manejar su impacto en la demanda.

A eso se suma el nivel de endeudamiento de las empresas.

Esta es una industria que viene con niveles de endeudamiento muy pesados luego de las reestructuraciones por el ISA, pero hoy vemos una industria que ha bajado sus niveles de mortalidad por un trabajo conjunto con el regulador. Vemos también que la industria y SalmonChile han logrado coordinar mucho mejor eso.

¿La actual situación sanitaria entrega un respaldo a la banca acreedora?

La banca ha sufrido un impacto que se arrastra desde el ISA. Algunos bancos sufrieron provisiones muy fuertes. La banca hoy tiene una penalización importante por su exposición a la industria. Este es un sector difícil para el banco que no está directamente involucrado en la cadena. Hoy tenemos menos bancos interesados en el sector, pero los que están lo apoyarán correctamente. Lo que pasa es que todos tienen límites que justifican sus ecuaciones internas de riesgo versus retornos.

¿Los bancos siguen apoyando al sector, pese a los altísimos niveles de deuda?

La banca se la ha jugado a fondo con la industria del salmón, porque es un tema de sobrevivencia mutua. Hay un interés de la industria de salir adelante pese a todos los embates que ha tenido, pero también de las instituciones financieras que están involucradas en las reestructuraciones financieras que se han hecho o se harán en el sector.

Esto implica que la industria se tiene que consolidar y es necesario que eso acontezca. Ha habido ciertas fusiones, como es el caso de Ventisqueros o Trusal. Esos son los primeros movimientos y creemos que vendrán otros de mayor envergadura que pueden consolidar al sector, porque las necesidades de inversión -con las regulaciones y los estándares que se requieren para mitigar estos efectos- son muy fuertes. Por lo tanto, se requiere una economía de escala importante.

¿Cuál sería el número adecuado de jugadores para esta industria?

Las salmonicultoras no necesitan espaldas financieras más anchas, sino más sinergias operacionales. El tema importante aquí es controlar los costos dadas las fluctuaciones de los precios, y no puedes controlar esto si tienes operaciones pequeñas. Es muy difícil dada la mortalidad, los requerimientos regulatorios y los estándares productivos.

¿Qué le parece la situación de Invermar? La compañía llevó a la justicia un caso a fin de impedir la cosecha temprana de peces afectados con ISA.

Constantemente se quiere ver lo que hace mal alguna empresa salmonicultora. Aquí la compañía hizo lo que debía hacer en cuanto a las jaulas que fueron afectadas por el ISA. Ellos han presentado un recurso ante la justicia que ha parado esta cosecha temprana, pero no nos compete definir ese tema. Confiamos en que es una empresa seria y que ha hecho las cosas correctamente en los últimos años, y que es de las primeras en estar en este negocio; han invertido mucho en producción y sostenibilidad. Eran de los que les estaba yendo bastante bien el año pasado, antes de este hecho.

Creo que existe mucha ignorancia sobre los factores que realmente impactan los ciclos productivos del sector, que son muy complejos y tienen largas duraciones. El ciclo productivo del salmón es de tres años y medio, y hay una serie de complejidades que a la gente se le escapa de su comprensión. Aquí se salta a conclusiones rápidamente, y se puede decir que el sector no está manejando correctamente sus temas de infecciones.

¿Quiénes lo hacen?

La opinión pública. Falta información y eso genera un impacto en el mercado, porque muchas de estas empresas cotizan públicamente. Hay una desinformación generalizada de lo que significa la industria salmonicultora, y en Noruega, dada su mayor tradición, existe una visión más balanceada. Esto también quizás es porque el Gobierno de ese país está involucrado en la propiedad de alguna de estas empresas.

¿Pero qué le parece la situación que vive hoy Invermar?

Viene de un proceso complejo de restructuración del virus ISA anterior de 2007, y donde también el terremoto afectó a una de sus filiales que produce ostiones. Invermar hizo lo correcto al vender Salmonfood a Alicorp. Hizo su deber, salió de algo y pudo pagar parte de su endeudamiento. La empresa estaba en una senda de vender una parte de su participación y se cayó la operación con Cooke el año pasado. Ellos están conscientes en que el apoyo financiero de los actuales accionistas no es el suficiente para esta empresa, pero han hecho las cosas correctamente. Estaban en un proceso de venta que no pudo prosperar por una serie de otras situaciones y ese proceso supongo que comenzará nuevamente. No es que ellos no estén haciendo lo correcto.

Aquí existe una desinformación muy grande y todo el mundo habla de Invermar. No soy un experto en el tema, pero la industria del salmón no puede ser caracterizada como que sus grupos inversores hacen oídos sordos cuando enfrentan estas situaciones complejas de la industria. En el caso de Invermar, a mi entender, ellos están tomando las medidas adecuadas para interesar a otro inversor y seguir con su producción con mayor respaldo financiero.

¿Cuánto representa para Rabobank las acreencias de los salmonicultores?

Hay bastante deuda extendida desde el extranjero y son entidades reguladas en el exterior. Es muy difícil conocer la exposición total del sector y hay empresas que no son abiertas. No creo que Rabobank sea el banco más expuesto por su deuda en el sector salmonicultor, pero sí debemos estar dentro de los más expuestos.

Nosotros estamos en la cadena agroalimenticia que parte desde el campo al tenedor. Tenemos toda una cadena rural destinada a este sector, y también un sector corporativo que está, entre otros, en el sector salmonicultor.

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