Artesanales del Biobío dudan sobre la cantidad de recursos disponibles

Feb 3, 2015

Durante la semana recién pasada, se han registrado la varazón de los recursos merluza común, sardina y anchoveta en las costas del Biobío y, aunque funcionarios de la Subpesca lo atribuyen a fenómenos naturales, los pescadores dicen que este tipo de fenómeno deja al descubierto la gran cantidad de peces que existen en sus costas.

(Conapach) El director de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (Conapach) y presidente del Sindicato Sipesmafesa, Marcelo Segura, pidió a la autoridad pesquera y a los Comités Científico Técnicos (CCT) que se optimicen los instrumentos y la periodicidad con que se realizan las mediciones para establecer las cuotas en cada pesquería.

Durante la semana recién pasada, se han registrado la varazón de los recursos merluza común, sardina y anchoveta en las costas de la Región del Biobío y, aunque funcionarios de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) lo atribuyen a fenómenos naturales, los pescadores dicen que este tipo de fenómeno deja al descubierto la gran cantidad de peces que existen en sus costas, contradiciendo la baja de cuotas que actualmente los afecta.

“Primero que nada, queremos aclarar que este fenómeno no es un tema medioambiental o reflejo de que las aguas están contaminadas. Solo nos nace la duda a cerca de la gran cantidad de recurso varado tanto de sardina chica como de la grande, así como de merluza. Nuestra explicación tiene que ver con que la merluza está siguiendo su comida, la sardina en este caso, que se encuentra en grandes cantidades en la zona y por esta razón han varado los peces”, declaró Marcelo Segura.

Para Tania Salazar Alarcón, miembro del Sindicato Sipesmafesa de Coronel, no es primera vez que varan los  recursos en estas costas. “Lo que más nos llama la atención es el tamaño que alcanza la merluza en esta ocasión, casi los 40 centímetros y que además vienen con gran cantidad de sardinas en su interior”.

Ambos pescadores artesanales se refieren a este hecho como la demostración de la alta disponibilidad de recursos que existe en la zona, contradiciendo lo estipulado por comités CCT y la baja de las cuotas que se les han impuesto. “Creemos que el Gobierno debe poner más énfasis en la investigación, pues cuando uno como pescador dice que hay disponibilidad de recursos, no siendo científico, no le creen”, enfatizó Segura.

Y prosiguió, “pero la naturaleza nos da una vez más la razón. A la hora de fijar una cuota se debe hacer como corresponde y lamentablemente con solo el Abate Molina no es suficiente para hacer un barrido y cejo de orilla certero. Se deben implementar nuevas dotaciones de embarcaciones, con las mismas propiedades que el buque utilizado actualmente”.

Por su parte, el encargado de la Unidad de Pesquerías Pelágicas de la Subpesca, Milton Pedraza, atribuyó  el fenómeno del varamiento de merluza común a lo que ellos denominan “insurgencia costera”, fenómeno oceanográfico producto del viento que se da en este tiempo en la zona y que impacta en la capa superficial del agua enviándola mar afuera, lo que produce que  el agua del fondo suba por compensación.

“El agua que sube a la superficie se caracteriza por ser muy rica en nutrientes pero baja en oxigeno y en temperaturas, por lo que muchos de los peces quedan atrapados, produciéndose mortandad y varamiento”, indicó el profesional.

Respecto a si este hecho constituye una contradicción entre lo que dicen los estudios de biomasa realizados por los CCT y la cantidad de peces que se observan en estas varazones, Pedraza argumentó que se trata de una percepción errada, por cuanto los peces se reúnen para escapar de estas condiciones adversas y finalmente son expulsados a la orilla.

“No hay ninguna relación real entre este fenómeno y la biomasa real de una especie, no porque haya muchos de estos peces varados quiere decir que haya efectivamente muchos más en el agua”, recalcó.

Del mismo modo, coordinador de la Unidad de Pesquería Demersales, Jorge Farías, dijo que este fenómeno de insurgencia costera se da frecuentemente en marzo y en septiembre, en la transición de verano a otoño y de invierno a primavera. Por alguna razón hoy se producen en verano, de forma muy intensiva y por un largo periodo de tiempo, por lo tanto, aumenta el efecto sorpresivo en los cardúmenes de peces, lo que produce mayor mortandad”.

En relación a la periodicidad de los estudios y los instrumentos utilizados para ellos, Pedraza añadió que “los estudios hidroacústicos  o de evaluación, se realizan sobre la distribución total del recurso y en determinados lugares. Por otra parte, responden a preguntas específicas dependiendo de la especie; de reclutamiento en recursos pelágicos y reproductivos en otras especies”; por lo que se hace necesario realizarlos en determinadas fechas dependiendo de las preguntas que se quieran dilucidar.

“Respecto a los herramientas utilizadas para realizar los estudios, creemos que el Instituto de Administración Pesquera (IFOP) está utilizando herramientas avanzadas en administración pesquera, es decir que está utilizando lo que a nivel internacional hoy se utiliza para obtener resultados en investigación”, concluyó el profesional.

A las anteriores declaraciones, Segura concluyó diciendo que “comprendo a los sectorialistas de la subsecretaria de Pesca pero insistimos en que la tecnología que tiene el Instituto no es muy certera al momento de hacer los estudios hidroacústicos. Un solo barco de investigación (Abate Molina) tienen que hacer todos los cruceros para determinar la biomasa de cada pesquería. Insistimos que la investigación tiene que ser de mejor calidad, con más recursos y estatal. Algo que la pesca artesanal viene pidiendo desde hace mucho tiempo”.

Para Marcelo Segura, «es muy fácil dictaminar desde una oficina lo que hoy día esta ocurriendo en nuestras caletas,  hay que estar donde las papas queman para ver la realidad  en terreno de lo que está ocurriendo con los recursos pesqueros de nuestro país”.

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