“En 2023 desde los puertos del Biobío enviamos al mundo 20.600 toneladas de salmón, lo que equivale a cerca del 48% de nuestra exportación, con un valor de US$143 millones. Esta región tiene un rol clave para el sector exportador del sur del país, pero en particular para la industria del salmón, especialmente para Camanchaca, pues en Polcura se inicia la cadena productiva con el desarrollo de cepas reproductoras propias, cuya decendencia se cultiva en el sur, para luego retornar a Tomé, donde se agrega valor a la cosecha y se exportan los productos que llegan a la mesa de los consumidores en muchos países”, detalló Ricardo García Holtz, gerente general de Camanchaca.
La piscicultura de Polcura, ubicada en Tucapel, al oriente de Los Ángeles en la precordillera de la provincia del Biobío, es una de las instalaciones de cultivo en tierra más antiguas de Chile con 70 años de operación. “Las características naturales y ambientales de esta zona nos permiten formar planteles de reproductores de salmón Atlántico, donde hacemos investigación y desarrollo genético avanzado a través del Programa de Mejoramiento Genético (PMG) que implementamos en 2006”, señaló el ejecutivo. “La piscicultura de Polcura es el lugar inicial estratégico para nuestra actividad exportadora, pues allí parte una cadena productiva integrada, la que permite ir mejorando al salmón generación tras generación, algo que caracteriza a Camanchaca”, enfatizó.
La compañía no deja nada al azar. Se preocupa de la calidad de sus productos que van al consumidor, pero también del cuidado del medioambiente que rodea sus instalaciones, del bienestar de los peces durante su proceso de engorda, y de los vínculos que se crean con las comunidades, muchas veces, el hogar de sus trabajadores. En Polcura, a través del PMG, se ejecutan los estudios y cruzas de familias de dos cepas específicas que permanecen en dicha zona precordillerana por 2 a 3 años, período en que se identifican las especies que potencien las fortalezas de las variedades que posee la empresa, y así mejoren su condición genética para enfrentar los desafíos que tendrán en el mar, como resistencia a enfermedades y a parásitos, y sus capacidades de crecimiento.
Luego, estas especies son trasladadas a un centro de cultivo ubicado en la región de Los Lagos, cerca del Estuario de Reloncaví, desde donde los peces aportan las ovas fertilizadas, las que son trasladas a otra piscicultura de recirculación en Ensenada, donde finalmente crecen en agua dulce hasta tener de 150 a 200 gramos de peso. Tras este proceso de tres etapas, los peces son trasladados al mar para que logren un crecimiento natural hasta los 5 kilos, proceso que se prolonga por aproximadamente un año. Al finalizar, los salmones son cosechados y trasladados de regreso al Biobío, donde se les agrega valor, dejando el producto listo para la exportación. “Una vez que el circuito productivo está cerrado, aprovechamos la cadena logística y exportadora del Biobío para despachar nuestra producción a países en los cinco continentes, principalmente Estados Unidos, México, Asia y Europa”, aseguró el CEO de Camanchaca.
Para Ricardo García, Chile es una potencia alimenticia en el mundo, con sus frutas y salmones, catalogado como un proveedor confiable de productos de clase mundial, destacando que en ese mérito la región del Biobío es clave. “Esta es la capital pesquera de Chile. El potente desarrollo de la pesca industrial genera una sinergia única para la actividad salmonicultora que se beneficia del talento y las capacidades industriales y logísticas de su gente. Nosotros tenemos actividad pesquera y de salmones en la zona y eso no es casualidad, hay ventajas claras de operar aquí, incluido sus puertos, sus trabajadores”, comentó García.
Traspaso de valor local Camanchaca
Para el ejecutivo, la sinergia que se produce entre los diferentes sectores económicos y regiones del país es única. “Nuestras operaciones involucran a distintas regiones del sur de Chile, por tanto, van creando valor y beneficios que traspasan a otros, incluyendo el sustento de las familias de los trabajadores, los proveedores locales y múltiples pymes que trabajan con Camanchaca, además de los impuestos que paga la compañía, cuando genera resultados positivos, así como también del royalty pesquero que pagan las empresas del rubro”, argumentó.
Respecto a lo anterior, García detalló que, en Biobío, Camanchaca hoy brinda empleo de manera directa a 2.366 personas entre la división Salmones, Pesca y en Logística y Transporte. Asimismo, la compañía cuenta con 1.228 proveedores, de los cuales 865 son pequeñas y medianas empresas, con quienes trabajan en todas sus divisiones generando empleo y desarrollo en diversas comunas. “Nosotros tenemos mucha presencia en Coronel, Tomé y Talcahuano, a través de nuestras plantas de pesca, salmones y el centro logístico, pero si uno considera que por cada empleo directo se generan otras 2,5 plazas de trabajo indirectas, vemos que se producen otras casi 3.000 ocupaciones creadas al alero de empresas pequeñas o medianas locales que nos proveen de bienes o servicios”, concluyó.
Fotografías: Camanchaca