Scottish Sea Farms anunció que abrirá una nueva unidad de incubación de £$2 millones (US$2,54) en la incubadora de Barcaldine que ayudará a garantizar la seguridad del suministro de ovas y mejorar la supervivencia de los peces. Actualmente, la empresa recibe ovas fertilizadas que han desarrollado hasta la etapa de ojo de sus proveedores especializados.
Sin embargo, gracias a una nueva unidad de incubación, que estará ubicada en su propio edificio adyacente a la incubadora principal, Scottish Sea Farms pronto podrá recibir ovas inmediatamente después del desove y fertilizarlos en el lugar.
Esto significa que pueden incubarse a través de las etapas más frágiles de su desarrollo hasta que sean lo suficientemente robustas para ser transferidas a una de las tres incubadoras de la compañía: Barcaldine en sí, Knock en la cercana isla de Mull o Girlsta en Shetland.
«Lo que estamos haciendo es crear una instalación a medida que nos permitirá tener un mayor control de las ovas incluso antes en el ciclo de producción», dijo el director de agua dulce de Scottish Sea Farms, Rory Conn.
«Podremos tomarnos nuestro tiempo en estas etapas iniciales más críticas, incubando las ovas durante más tiempo y a temperaturas más bajas según lo consideremos apropiado», sostuvo el ejecutivo.
La investigación emergente sugiere que incubar ovas a temperaturas más bajas durante las primeras etapas puede tener mejores resultados para la salud de los peces en la vida posterior, particularmente con respecto a la salud cardíaca.
«Estaríamos buscando incubar lo más bajo posible, probablemente 2-3 ° C, para promover el desarrollo lento y constante de las ovas», especificó.
Al recibir las ovas inmediatamente después del desove, el equipo de agua dulce también tendrá una mayor influencia sobre otro factor de bienestar clave: la calidad del agua.
«La exposición al agua limpia es muy importante y estamos muy seguros de nuestra calidad del agua aquí en Barcaldine», dijo Conn.
«Equipado con el sistema de recirculación de acuicultura (RAS) más sofisticado de su tipo en Escocia, la incubadora principal extrae agua dulce del cercano embalse de Glenn Dubh y la somete a un complejo sistema de filtros y luz UV para eliminar todo lo que sea mayor que 0,01 micrones y garantizar que no pasen bacterias ni virus. Dentro de la nueva unidad, habrá tres configuraciones de RAS similares, que suministrarán agua a las rejillas donde se alojan las nuevas ovas”, detalló el director.
«Cualquiera de las rejillas puede ser suministrada por una configuración individual de RAS para que podamos suministrarlas todas a diferentes temperaturas si lo elegimos, lo importante es que nos da control sobre la rapidez con que se desarrolla la ova. Y porque el agua es tan limpia, es lo más segura posible para las ovas», aseguró.
La nueva unidad se espera que cree cuatro puestos de trabajo adicionales en Barcaldine, roles cualificados que implicarán todo, desde fertilizar, hasta enjuagar y desinfectar las ovas.
Una vez que alcancen la etapa de ovas con ojos, pasarán por un proceso de control de calidad integral para garantizar que solo las ovas viables se transfieran a bandejas de incubación.
«La prioridad con esta última inversión en nuestro cultivo de agua dulce es asegurar el suministro y la calidad de nuestras ovas y proporcionar la capacidad para una incubación óptima, desde la fertilización en adelante», aseveró Conn.
«Inicialmente, solo fecundaremos una parte de nuestro suministro de ovas en el sitio. Sin embargo, la unidad tiene la capacidad de acomodar todos nuestros requisitos actuales y futuros de ovas», afirmó.
La nueva unidad es la última inversión de Scottish Sea Farms para garantizar el futuro del suministro de ovas y la salud y supervivencia de los peces.
Otros trabajos en esta área incluyen una colaboración innovadora con el especialista en genética AquaGen para producir un suministro de ovas de peces reproductores que han demostrado prosperar en los sitios marinos de Scottish Sea Farms, un proyecto que ya está en su quinto año.
Fotografía referencial Scottish Sea Farms