El Proyecto de dragado de la Bahía de San Vicente será ingresado al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) que deberá pronunciarse de los alcances que puede tener en el borde costero donde desarrollan actividades el sector pesquero artesanal, así señalaron los ejecutivos encabezados por Catherine Calvo, jefa del Terminal Marítimo San Vicente-TMSV- y directora del proyecto.
El objetivo del proyecto es lograr una profundidad cercana a los 18 metros, lo que permitiría reducir en más de 50% los alijes, disminuyendo así considerablemente los riesgos involucrados en estas operaciones.
El presidente del directorio de Ferepa Biobío, Pedro Pablo Cofré Barrientos valoró el hecho que sea sometido a un estudio de Impacto Ambiental. “Esto es muy importante porque será el organismo que, en el marco de la Ley de Medioambiente, deberá pronunciarse en torno a que su ejecución, no implique daño al ambiente marino y que no afectará el trabajo del sector pesquero artesanal. Hicimos presente que el proyecto debe ser participativo y transparente en todos sus aspectos y que los sectores económicos involucrados sean ampliamente informados de sus objetivos y alcances”, sostuvo.
Por su parte Mauricio Andrade Merino, secretario de la federación señaló que “para nosotros es muy importante que toda inversión que la industria quiera realizar en el borde costero debe contemplar un Estudio de Impacto Ambiental que preserve la seguridad en las tareas de los pescadores, no afecte la sustentabilidad de los recursos ni su actividad económica. Esperamos que las organizaciones de pescadores artesanales y otras sean informadas a cabalidad de los posibles impactos que puedan ocurrir por el movimiento de más de 2.5 millones de toneladas de sedimentos marinos desde la bahía de San Vicente”.
Cristian Arancibia, jefe del equipo técnico expresó que “vemos con muy buenos ojos que el proyecto hayan decidido someterlo a un Estudio de Impacto Ambiental, tal como lo solicitó Ferepa hace un año”.
Fotografía: Ferepa Biobío