(Estrategia) Compleja es la situación financiera por la que atraviesa la salmonicultora de la familia Montanari, Invermar. Es que, según Feller Rate, para este año, la empresa enfrenta vencimientos de deuda por US$12,9 millones y dadas sus condiciones actuales su liquidez “será insuficiente para cubrir sus obligaciones de corto plazo”.
En 2013, la venta de la coligada Salmofood, unida a la reestructuración de pasivos y flexibilización de covenants, entregaron una importante holgura a la firma, que no enfrentó vencimientos de obligaciones financieras producto de los pagos y compromisos realizados con parte de los fondos obtenidos a partir de la enajenación.
No obstante, “la generación de flujos operacionales se mantuvo deficitaria, ello desde el cuarto trimestre de 2011, a pesar de la tendencia de recuperación en los precios de venta observada desde fines de 2012. Lo anterior se debe, en buena medida, a los menores ingresos generados por centrar su estrategia comercial en la venta de salmón Atlántico y una serie de siniestros que afectaron su biomasa”, aseguró la clasificadora de riesgo.
En ese sentido, a principios de febrero de 2014, se detectó un brote de virus ISA en el centro el Traiguén en Chiloé (Región de Los Lagos) de Invermar, debiendo realizarse una cosecha temprana de alrededor 100.000 peces. Tras el periodo de monitoreo requerido, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) declaró la zona en estado de emergencia sanitaria. Los menores ingresos totales se estiman en torno a US$17,7 millones, lo que genera una significativa presión adicional a su generación de flujos operacionales.
Producto de lo anterior, la compañía negoció un waiver para la no medición de los covenants a diciembre de 2013 y aplazar el pago de la cuota correspondiente a enero 2014, por US$3,6 millones, hasta marzo de 2014. Paralelamente, inició la búsqueda de un socio capitalista.