El cáligus es un parásito que le genera millonarios costos a la industria del salmón en Chile. Además de que las empresas destinan cuantiosos recursos en tratamientos para su eliminación, este piojo impacta negativamente en el crecimiento de la biomasa, de acuerdo con un estudio elaborado por el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (Incar), que en otras investigaciones ha revelado también que el piojo de mar presente en nuestro país tiene diferentes mecanismos de resistencia farmacológica.
Por esta razón, en el mundo se está innovando para desarrollar tratamientos que permitan enfrentar con éxito la eliminación del cáligus. El desafío es encontrar sistemas que sean eficientes y que no impacten el medioambiente. También es deseable que no generen estrés en los peces, no alteren el crecimiento de los salmones y no produzcan resistencia.
Solución eficiente y sustentable
Siguiendo estas consideraciones, la empresa noruega SMIR creó hace pocos años un sistema mecánico que reemplaza el uso de químicos para combatir el piojo de mar.
Llamado Hydrolicer, este sistema se ha convertido en una de las tecnologías de mayor penetración y crecimiento en el hemisferio norte, donde ya hay más de 200 equipos operando en Escocia, Canadá, Islas Faroe y Noruega, entre otros.
Inversionistas extranjeros están interesados en promover esta tecnología en el mercado nacional, donde hasta la fecha se ha apostado principalmente por el uso de productos químicos y farmacológicos para combatir el cáligus. ¿El problema? Ha costado encontrar empresas locales dispuestas a cerrar contratos para la prestación de este servicio con una tecnología nueva, al menos en nuestro país.
“Creemos que la industria del salmón en Chile debe migrar hacia tecnologías más limpias y sustentables, pero hemos encontrado resistencia a innovar, a pesar de que es la solución que ha crecido en el hemisferio norte para combatir el piojo de mar”, dice Ricardo Moraleda, Director de SMIR en Chile.
Naves para Chile
El ejecutivo revela que SMIR, en colaboración con ingenieros y un astillero nacional, han diseñado dos naves que cumplen con la normativa y que están acondicionadas para lavar 300 toneladas de salmones por hora, con una eficiencia promedio estimada superior al 90% en la eliminación de este parásito.
Se trata de remolcador y una nave tipo catamarán diseñadas para seis Hydrolicers cada una. “Esta última, por ejemplo, es una embarcación especialmente diseñada para el mercado chileno, con bajos costos de mantenimiento y alta disponibilidad para operar en forma eficiente en varios centros de cultivo o barrios”, explica Moraleda, quien añade que los costos con este modelo pueden ser hasta un 50% más bajos en comparación con algunos químicos que se usan actualmente en la industria (peróxido de oxígeno). Concluye que hay inversionistas interesados en desarrollar el proyecto en la medida en que existan acuerdos con empresas productoras.
ACERCA DE SMIR
SMIR es una compañía noruega que se creó en el año 2015, con la finalidad de desarrollar una solución innovadora para el tratamiento de piojos de mar y cáligus, que fuese amigable con el medioambiente y respetuosa con los peces. Gracias a un trabajo colaborativo con la principal empresa productora de salmón de ese país (Marine Harvest, hoy Mowi), desarrolló Hydrolicer, un sistema mecánico que no utiliza productos químicos.
Hydrolicer también reduce el estrés, ya que trabaja con poca presión y no tiene piezas móviles que puedan dañar a los peces. Este sistema usa agua de mar a temperatura ambiente y posee un sistema de filtros que impiden que los huevos o parásitos reinfesten el entorno o los centros de cultivo. La compañía garantiza un rendimiento en la limpieza de peces mínimo promedio del 90%.
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Estas unidades del modelo Hydrolicer V6 completarán un enorme sistema de despiojado de 16 líneas en un wellboat que opera en el hemisferio norte.
Fotografía: SMIR