Ernst & Young, ahora mundialmente conocida como EY, es una de las mayores firmas de servicios profesionales del mundo, que incluyen auditoría, impuestos, finanzas, contabilidad, servicios de cálculos y estudios actuariales y asesoramiento en la gestión de la empresa. Junto con PricewaterhouseCoopers, Deloitte y KPMGEY es denominada una de las «Cuatro Grandes» y, de acuerdo con la revista Forbes, por su tamaño a fines de 2013 era considerada la décima mayor empresa privada de Estados Unidos.
Es así que, debido a su peso en el mercado financiero, AQUA quiso dialogar con el socio líder de Private Market de EY en Chile, Luis Martínez, con el objetivo de conocer su opinión acerca de la reforma tributaria que está impulsando el actual gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Como según Martínez no han observado aspectos específicos en la reforma que afecten de modo particular a la industria acuícola-pesquera, el análisis de la iniciativa fue abordado bajo un carácter general.
¿Qué visión tiene de la reforma tributaria? ¿Estima que se logra el objetivo de contribuir a disminuir la desigualdad en la sociedad chilena?
Estimo que los objetivos que se planteó la reforma tributaria, el más importante referido a aumentar la recaudación para financiar la reforma educacional, ha sido considerado muy atendible y positivo. El problema ha estado en la manera en que esta reforma se hizo, que no solo ha puesto en duda alcanzar su principal objetivo de incrementar la recaudación, sino que además se advierte difícil su adecuada implementación. A estas alturas, no veo claro que contribuya significativamente con el logro del objetivo de disminuir la desigualdad.
De todas formas, ¿qué opinión tiene respecto de la eficiencia con que se gastan actualmente los recursos económicos capturados por el Estado?
Tengo una visión crítica al respecto y es cosa de ver las carencias que todavía subsisten en materia de salud, educación y seguridad, entre otras.
Estoy convencido que junto con asignar recursos, una real mejoría pasa por mejorar la gestión. En esto último queda mucho por hacer.
Algunos empresarios han manifestado sus reparos respecto del pago de impuestos en relación con la renta atribuida y cuando una empresa no ha pagado dividendos. ¿Qué opina de esto? ¿Qué opciones tienen los empresarios al respecto?
Tanto en el sistema de renta atribuida como en el semi-integrado, el impuesto a la renta de primera categoría se sigue pagando en base a renta devengada. El problema se presenta con el impuesto global que afecta a las personas en el sistema de renta atribuida, por cuanto en este caso haya o no distribución de utilidades, el impuesto se deberá pagar de todas formas.
Aquí podría suceder que una persona se tenga que endeudar para pagar sus impuestos. La opción es acogerse al sistema de tributación semi-integrado, en que si bien el impuesto global se paga en base a lo distribuido, solo se aprovecha un 65% del impuesto pagado por la empresa como crédito.
Mientras algunos sostienen que el Fondo de Utilidades Tributarias (FUT) fue mal invertido y poco regulado, otros aducen que fue un mecanismo que permitió a las empresas reinvertir en su propio crecimiento. ¿Cree que la falta de este instrumento pudiera afectar el crecimiento de las compañías en Chile? ¿Esto afectará solo a las empresas que tienen dificultad de acceso a financiamiento?
Sin duda el FUT ha representado por 30 años un verdadero motor del crecimiento de las empresas en Chile. Por tanto, el cambio que se ha introducido con la reforma tributaria, que lo elimina tal como venía operando, afectará el crecimiento de las empresas, en tanto desaparece una de las fuentes relevantes de financiamiento. Estimo que la dificultad no solo la tendrán quienes tienen acceso restringido al crédito, sino el conjunto de las empresas, atendiendo que tendrán que asumir diversos costos asociados al financiamiento.
A su juicio, ¿qué otros aspectos de la reforma tributaria pudieran afectar el crecimiento de las empresas en Chile?
Por una parte, estimo que el incremento de tasa del impuesto a la renta afectará el crecimiento de las empresas. Por otra, el cambio de bases de tributación, pasando desde bases devengadas a bases percibidas. Se observa la eliminación de créditos, tanto a nivel del impuesto de primera categoría, como la posibilidad de rebajar contribuciones de bienes raíces. Me parece que el cambio de tratamiento de IVA en la actividad inmobiliaria también afectará en el crecimiento.
Independiente de lo anterior, ¿qué aspectos positivos advierte de la reforma tributaria que está planteando el Ejecutivo?
Reitero que los objetivos que se planteó inicialmente la reforma tributaria son atendibles y razonables. Sin embargo, en materias tan técnicas y de tan alto impacto como lo es esta, es determinante el hacerlo bien y estimo que no se ha hecho bien hasta ahora. Será fundamental analizar diversas correcciones a la reforma de manera que hagan viable el logro de mejores recaudaciones de impuestos, evitar que impacten el crecimiento de manera significativa y aumentar la factibilidad de implementación para un adecuado cumplimiento y fiscalización.