En el marco del programa Didymo Magallanes, investigadores extranjeros y nacionales llegaron hasta la Provincia de Última Esperanza, en donde navegaron en el río Serrano, zona donde en marzo de este año se detectó la presencia de Didymo.
De acuerdo con lo informado por la Subpesca en su sitio electrónico, en el lugar los expertos pudieron constatar el panorama actual de la plaga, la que gracias a las medidas de monitoreo y control implementadas, se mantiene confinada en la misma zona donde se detectó a comienzos de año, sin afectar los afluentes del Parque Nacional Torres del Paine.
«La manifestación que tiene el Didymo en este río es muy distinta a la que se puede observar en el río Grande donde los crecimientos del alga son ostensiblemente más importantes y notorios. Aquí (en el río Serrano) los crecimientos no son tan significativos, las colonias estaban más envejecidas, pensamos que en este afluente el peak de Didymo podría estar ocurriendo en la época invernal», explicó Máximo Frangópulos, director del Programa Didymo.
La visita de los expertos se realizó gracias a los recursos destinados al Programa de Didymo Magallanes, iniciativa de la Dirección Zonal de Pesca y Acuicultura, financiada por el Gobierno Regional de Magallanes y ejecutado por la Fundación Cequa.
El director zonal de Pesca y Acuicultura, Gonzalo Rubilar, destacó la visita de los expertos: «Tuvimos la oportunidad de conversar con científicos de gran trayectoria respecto de la plaga, quienes tienen una visión bastante completa de este problema, que afecta a varias partes del mundo. Conocer lo que se está discutiendo a nivel global para nosotros es fundamental. Aunque en terminos locales debemos seguir trabajando en la concientización de las personas para mantener el lugar en estas condiciones».
El Didymo se encuentra presente desde el año 2010 en nuestro país, cuando fue detectado en el rio Futaleufú (Región de Los Lagos). El programa Didymo Magallanes fue creado en 2012 por la Subpesca con el apoyo del Fondo de Desarrollo Magallanes (Fondema), siendo financiado en 2014 y licitado el mismo año. En Chile es el primer programa incorpora investigación, monitoreo y difusión del conocimiento que se tiene de la microalga y su impacto sobre los sistema hídricos.