Trabajadores embarcados derriban “mitos artesanales”

Jul 31, 2017

Según dirigentes de la pesca industrial, el cerco que utilizan numerosas embarcaciones pelágicas artesanales en el Biobío realmente ejercen arrastre de fondo en un área "que es la más vulnerable del ecosistema".

Las propuestas de algunos pescadores artesanales para modificar la Ley de Pesca fueron duramente criticadas por pescadores de la flota industrial. Según dijeron, el arrastre, como método de pesca “está demonizado en Chile y ligado sólo a la flota industrial, tanto que, porfiadamente, la eliminación de este arte aparece entre las propuestas de algunos artesanales para que sea considerado en las modificaciones a la ley”.

Sin embargo, dicen los trabajadores industriales, la temática contiene errores, “sino derechamente engaños, porque el cerco que utilizan 600 embarcaciones pelágicas artesanales, sólo en la Región del Biobío, realmente hace arrastre de fondo en un área que es la más vulnerable del ecosistema. Estas embarcaciones trabajan de 50 metros de fondo hacia tierra, con redes de 30 a 45 brazas (entre 25 y 70 metros) de alto y 350 brazas de largo (650 metros). Eso no se dice”, expresaron.

Precisaron que el arrastre que quiere eliminar el sector artesanal no es el de fondo que ellos mismos practican, sino que el de media agua que ejercen los industriales. Este último se utiliza, por ejemplo, para la jibia y estaría normado por casas clasificadoras de prestigio internacional en naves que trabajan fuera de las 20 millas de costa, donde el arte de pesca no tendría interacción con el fondo marino. “Contrario a esto, las embarcaciones pelágicas que pescan sardina con cerco que operan cerca de costa generan arrastre al efectuar el cierre o virado del cable o llave, específicamente, donde se genera el desove. Allí se genera la fotosintesis y desovan gran parte de los recursos  y otras especies, interviniendo todo lo que se genera dentro de las primeras millas marinas”.

La crítica a algunas de las propuestas de parte de los artesanales, fue hecha por pescadores industriales del Sindicatos Interempresa de Capitanes, Motoristas y Tripulantes. Los dirigentes Alex Carrillo, Eric Riffo y Hugo Roa, señalaron que están “cansados de falacias y la sociedad debe comprender la realidad de algunos mitos como el arrastre. El cerco artesanal, que arrastra en zonas delicadas no es selectivo y ciertamente afecta la biodiversidad. La flota industrial arrastra, con mediagua, pero en forma monoselectiva y en otras áreas, alejadas de dónde se reproducen los peces finos, crustáceos, moluscos y algas, señalaron. Si quieren eliminar el arrastre, háganlo con el de fondo que practican los artesanales”, dijeron los embarcados.

Jibia

Respecto de la solicitud de parte de la Confepach, que estaría pidiendo que la jibia sea una pesquería ciento por ciento artesanal mientras su federación Ferepa reconoce que tienen asignado el 80% de la cuota y sólo pescan el 52% por lo que quieren que se permita a agentes ahora no autorizados a capturar a fin de que se logre obtener la totalidad del porcentaje, los dirigentes dijeron que “a unos y otros les falta la visión de país, porque pronto la Organización Regional de Pesca distribuirá la cuota del Pacífico Sur entre los países miembros que capturan jibia y la historia es un factor clave. A Chile lo que le debe interesar es aumentar sus desembarques para poder quedar relativamente en un lugar competitivo frente países como China o Perú.

Actividad de alto riesgo

Los pescadores industriales agregaron que están asombrados también “por el descaro con que se quiere ignorar la realidad del propio sector, cuando proponen que la pesca artesanal sea reconocida como actividad laboral de alto riesgo, con las prestaciones sociales asociadas”. Explicaron que es evidente que se trata de un quehacer riesgoso y que así está reconocido en todo el mundo, “pero el sector debe atender a las recomendaciones FAO y reclasificar entre aquellos que realizan pesca de subsistencia (ligada a aspectos culturales antropológicos) y aquellos que practican actividad comercial. Son los agentes de la segunda categoría quienes hablan en nombre del sector en todos los espacios, pero son esos armadores artesanales que realizan una actividad comercial privada, que lucran, que tienen derechos de pesca a perpetuidad y heredables quienes deben asumir la debida Responsabilidad Social Empresarial y las prestaciones sociales de sus tripulaciones; no pueden querer que lo haga el Estado”.

Son estos dirigentes, dijeron los embarcados, quienes van al Congreso o al Gobierno a pedir cuotas de pesca, pero no apoyan a su gente para que trabajen con dignidad y tengan sus prestaciones, sus pensiones, que se atiendan sus enfermedades profesionales y más. “Los pescadores industriales defienden sus trabajos porque han ganado – con años de esfuerzo sindical– contratos de trabajo, previsión y sistemas de salud compatibles. Tenemos que aspirar todos al trabajo decente bajo el concepto de la OIT, pero la formalidad en el trabajo tiene que venir del empleador”, indicaron.

Lo último
Te recomendamos

REVISTA DIGITAL

[latest_journal_single_iframe]